lunes, 24 de septiembre de 2018

Al abrir mis ojos. Sin temor de alzar la voz.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Los regímenes totalitarios suelen tener una cercanía inusual con el arte derivado de la capacidad que tiene para poder comunicar con las grandes masas las diferentes ideas y ser el reflejo de la época en que se vive. Por esta causa ese acercamiento se puede dar en dos direcciones: la primera de ellas, es para controlar y asegurar que el régimen siga propagando sus ideas y mantenga al grueso de los públicos afines a él. La segunda de ellas busca eliminar o hacer callar a todo aquel que en sus ideas emerge como una amenaza para estos regímenes. Al abrir los ojos de Leyla Bouzid es una muestra de ello.

En el año 2010, en el país árabe de Túnez, habita Farah (Baya Medhaffar), una joven cuya pasión es la música, que pretende estudiar musicología, tiene un novio y canta en una banda que se ha puesto como objetivo el hacer canciones que reflejen la realidad y los problemas de su sociedad. Sin embargo, sus sueños se ven acotados gracias a la presencia de su madre, una mujer exigente que pretende que su hija haga algo de provecho con su vida, obligándola a estudiar música.

La rebeldía de la joven, la voluntad de la familia y el contexto social se irán entrelazando para ejercer en Farah cierta presión y obligarla a actuar ante su realidad.

Bouzid nos propone un filme previo a la "primavera árabe" que logró instaurar una especie de democracia en la región. En este contexto nos plantea una sociedad que está permeada de diferentes características en donde muchos derechos y libertades se ven coartados y en donde hay un machismo imperante, que relega a las mujeres al papel de obedecer lo que está planeado o lo que se espera de ellas. Gracias a esto, el guión puede llevar un ritmo en donde aparecerán los diversos altibajos de suspenso que mantienen la atención del espectador.

Derivado de esto tenemos las actuaciones, las cuales están bien hechas, en específico el trabajo de Baya Medhaffar, quien encarna a una joven que busca ganar sus libertades a través del cuestionamiento de lo establecido, de desobedecer lo que se le dice y buscar hacer lo que cualquier mujer en algunas sociedades un poco más incluyentes podrían hacer, en ella recae la historia principal y sabe hacerse cargo de ello. El resto de las actuaciones también está bien logrado.
La cámara tiene diversos detalles que aportan y en ocasiones van en detrimento de la historia. Por un lado tiene un constante movimiento en diversas acciones, lo cual complementa lo atribulado de ciertas situaciones, sin embargo, ese exceso de movimiento puede llegar a ocasionar que el espectador se sienta abrumado o cansado. 

Complementando esto, tenemos una fotografía que sabe emplear los elementos con los que cuenta en cada uno de los escenarios. Así tenemos un buen manejo de la luz tanto en interiores como exteriores, logrando que se desarrollen atmósferas, en especial con las tonalidades más oscuras, logrando que sean lóbregos o dando pie a cierto misterio, necesario para la trama y lo que propone con sus acciones.
Otro elemento resaltable es la música, tanto la que se emplea de manera incidental para acompañar algunas acciones o sentimientos por los que atraviesan los personajes, como aquella que realiza el grupo en cuestión, la cual tiene gran calidad y que refleja más de una denuncia al estado totalitario en donde se desarrolla el filme, mezclando el rock con los géneros endémicos de la región.

Al abrir mis ojos es una cinta que refleja en diferentes grados y ocasiones las demandas de derechos y libertades que buscan las nuevas generaciones de ciudadanos en diferentes sociedades. Cuenta con actuaciones y aspectos técnicos que envuelven al espectador en su historia y gracias a esto logra superar los pequeños detalles que pudieran jugar en su contra. Es una de esas películas en donde la temática, la música y su desenlace termina por ser alentador. 

Al abrir mis ojos, Leyla Bouzid, Túnez-Fancia-Bélgica-Emiratos Árabes Unidos- Suiza, 2015, 102 mins. Con: Baya Medhaffar, Ghalia Benali, Montassar Ayari, et. al.


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