Alicia más allá del abismo. Un pulmón para esta gran ciudad.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

El Alicia se ha convertido en un foro de culto para toda la escena del rock en México, ha sido testigo del nacimiento de nuevas generaciones de bandas y fortalecedora de géneros que van desde el ska, hasta el rockabilly, pasando por el punk, el surf, el garage y toda la escena independiente. Esta es una de las razones por las que el Alicia más allá del abismo se vuelve interesante.

El documental de Abril Schmucler nos pone de lleno en el lugar donde cada semana desfila una buena cantidad de bandas buscando ganarse un lugar en el gusto del público. Pero no sólo se conforma con hacer un retrato de lo que sucede en el escenario y los asistentes, sino que a través de diferentes testimonios da cuenta de todo lo que sucede alrededor, con un proyecto que ha buscado ganarse el título de espacio cultural y con la visión ideológica y política de quienes forman parte del recinto autogestivo.

Estamos ante un documental en donde el Alicia encuentra dos compañeros protagonistas: la música y política. Estos tres elementos permean durante toda la cinta para dejarnos ver que este recinto, que concentra buena parte de la historia reciente del rock, es uno de esos lugares que se han convertido en indispensables en la ciudad, pues se ha erigido como una alternativa para todos aquellos que no se quedan conformes con la música impuesta por el mainstream.

El guión que nos plantea es interesante, parte a manera anecdótica de la creaciíon del lugar, sin sumergirse mucho en ella, pues lo que le interesa dejar claro es la situación actual, a donde se va llegando después de entretejer algunos acontecimientos importantes como la huelga del 97 en la UNAM o referencias a elecciones polémicas en el país. Se agradece que la realizadora supo quedarse alejada de un discurso en donde se victimice al lugar (tras los cierres que ha sufrido por la ley de establecimientos) y se limita a presentar las cosas que suceden y el porqué es importante tener espacios de este tipo.

La edición es de destacarse, en la mayoría de las veces va de acuerdo a la música que suena, sin embargo, también se tiene un buen manejo de los tiempos y se le dan pausas cuando es necesario (el ritmo pausado para leer los carteles es un ejemplo de ello). Sin embargo, algo que sí puede cuestionarse son las intervenciones musicales, pues en ocasiones se dejaron las canciones completas, lo cual puede causar que se pierda el hilo conductor o se sienta un poco pesado, pues la información con la que se dota al espectador es más interesante.

Alicia más allá del abismo es un documental corto pero contundente, que refleja, a partir de una temática particular una serie de problemas que se enfrentan en esta ciudad: desde la falta de espacios de esparcimiento para otro tipo de expresiones culturales, hasta la forma en que se manejan los establecimientos que dan cabida a dichas expresiones.

Alicia más allá del abismo, Abril Schmucler, México, 2015, 65 min. Con: Rafael Catana, Ignacio pineda, et. al. 

El ruiseñor y la noche. Chavela Vargas canta a Lorca. Cuentos místicos para personajes místicos.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Música y literatura suelen ser compañeros y hasta complementos uno del otro. Constantemente vemos la aparición de grupos o cantantes con grandes influencias de escritores que se reflejan en sus líricas. En esta ocasión nos encontramos frente a dos figuras icónicas de la cultura iberoamericana que por su trayectoria y forma de vida dejaron huellas imborrables: Chavela Vargas y Federico García Lorca.

Todo inicia porque algunos meses antes de su muerte, Chavela Vargas tuvo la idea de homenajear al poeta que no sólo influenció su carrera, sino que la acompañó durante la mayor parte de su vida: Federico García Lorca. Esta idea dio fruto al que sería el último de sus discos, en y a una pequeña gira que realizó en España, cantando en un lugar de suma importancia para el poeta, la residencia de estudiantes, en la ciudad de Madrid. El ruiseñor y la noche es el fruto del seguimiento y recolección de testimonios sobre esta aventura.

Este documental, situado coincidentemente, en los últimos días de Chavela Vargas, crea una atmósfera que hace sentir que en realidad estamos observando una declaración testamentaria, en donde se refleja la forma en que, por más de 90 años, vivió esta cantante y en donde la muerte tenía un papel no de antagonista, pero sí de compañera fiel, que siempre caminaba junto a ella. A través de diversos testimonios nos damos cuenta de esta relación y se nos muestra que la cantante tenía una característica cuasi mágica (llegó a ser chamana) pues según decían, había muerto varias veces ya. A decir verdad, estos testimonios llegan a repetirse unos con otros, sin profundizar, se habría agradecido un poco menos, pero con más información. 

La música, que es una parte fundamental de la cinta, es siempre fiel al estilo que Chavela Vargas siempre desarrolló, un acompañamiento de guitarra es suficiente pues todo el espacio lo inunda con la potencia de la voz. Destacan sus interpretaciones de canciones icónicas como La llorona en donde una y otra vez transmitía una sensación de emotividad, pero también es de resaltar que se nos convida sobre el proceso creativo que implicaba musicalizar algunos poemas de Lorca. Cabe decir que en varias ocasiones, más allá de la música, escuchamos a Chavela declamando o hablando en rima sobre Federico.

La edición tiene buen ritmo, va muy de la mano con el de la música o con la forma de hablar de la protagonista, quien debemos decir, ya se notaba cansada durante la realización. Hay otra característica que en las tendencias del documental a nivel mundial se ha ido haciendo más frecuente: la animación. En esta ocasión se utiliza para recrear algunos escenarios que ilustran a la perfección la atmósfera de misticismo que rodeaba a los personajes, con algunas imágenes del espacio, los sueños de los wirráricas o un ruiseñor en una ventana. La fotografía es otro elemento interesante, sabe conservarse sobria y en momentos hasta lóbrega como el personaje de quien se habla.

El ruiseñor y la noche es una película que sabe develar el misticismo que acompaña a personajes de la talla de García Lorca o Chavela Vargas, que convertidos en referentes de la cultura de habla hispana, una en la música, otro en las letras. Un documental que vale la pena ver, porque en él se reflejan los últimos momentos de vida pública de Chavela Vargas, en donde consciente o inconscientemente se estaba despidiendo de su público. 

El ruiseñor y la noche, Chavela Vargas canta a Lorca, Rubén Rojo Aura, México, 2015. Con: Chavela Vargas, Lila Downs, Sara baras, et. al. 

La última ola, o el inicio de la conquista hollywoodense.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Hollywood nos ha enseñado que son excelentes hacedores de películas en donde la naturaleza toma un gran papel, ya sea como el enemigo que provoca cientos de muertes o como un lugar al que hay que conquistar. En el ámbito de desastres naturales se han explorado erupciones volcánicas, tornados, huracanes y a últimas fechas tsunamis. La línea que han marcado ha sido tal que ya se sigue una fórmula que desglosaremos más adelante, pero que ha trascendido a Estados Unidos y comienza a expandirse por otros países. La ultima ola es una producción noruega que plantea un caso hipotético con consecuencias devastadoras.

Kristian es un geólogo que trabaja monitoreando al lado de su equipo la montaña de Akneset, cuando está por mudarse junto a su familia a otra ciudad, se registran movimientos poco usuales en dicha montaña, los cuales no tendrían gran repercusión de no ser porque se encuentra a un costado del mar y junto a ella una población en donde la gente acostumbra ir a vacacionar.

Cuando la montaña comienza a desbordarse provoca un tsunami que arrasará con la vida alrededor del golfo en que se encuentra, dejando a la gente sólo 10 minutos para evacuar el lugar, de lo contrario quedarán expuestos, las cosas empeoran para Kristian cuando se da cuenta de que no toda su familia logró ponerse a salvo.

Como mencionamos al inicio de esta nota, Hollywood ha logrado crear una fórmula para este tipo de cintas que ya ha sido reproducido en otras cinematografías, lo analizamos a continaución: tenemos al personaje principal que tiene problemas para relacionarse con su familia, la cual funcionará como motivador para la segunda parte de la película. Ese personaje principal es el único que se da cuenta de que las cosas andan mal y, para variar, es desdeñado por el resto de su equipo. Para no terminar con los clichés cuando la catástrofe sucede es quien expone más su vida saliendo ileso a cada momento y cuando se da cuenta de que su familia está perdida no descansará para encontrarla. Estimado lector, no puede usted acusarnos de algún spoiler, nosotros sólo le dimos elementos que se repiten otras cintas, seguramente usted ha visto al menos una para saber en qué terminará esto.

Pero más allá de eso, ¿por qué es interesante ver esta cinta? La cinta tiene ritmo, a pesar de que sabemos hacia dónde se dirige hay momentos en los que logra causar cierta tensión con las situaciones que enfrentan los personajes. Los efectos especiales están bien logrados, sin embargo, por las pocas rocas que vemos caer al agua es muy poco verosimil que una ola se levante a la altura en que lo hizo a cuadro. La cámara tiene bastante dinámica, complementando la idea del ritmo planteada anteriormente, tiene movimientos constantes que juegan bien con las acciones que van sucediendo. Y en el aspecto de la iluminación se logran buenas imágenes, es un reto filmar bajo el agua y hay escenas que están bien logradas en ese aspecto. 

En cuanto a las actuaciones poco podemos decir, la versión que vimos está (mal) doblada al inglés haciendo sentir todas las voces planas, sin posibilidad de transmitir alguna sensación y en ocasiones tan alejada de tener una sincronía de los labios que distrae o hasta cae mal y aquí nos surge otra duda ¿en realidad el mercado mexicano está tan condicionado como para deducir que si una cinta no está en inglés entonces no tendrá éxito? Digo, la película tiene subtítulos, ¿qué más daba dejarla en su idioma original? Las psicologías están bien definidas, las acciones y consecuencias de éstas son totalmente creíbles, sin embargo, ninguna de ellas se sale de los estereotipos ya planteados para este tipo de cintas.

La última ola será para el espectador una mezcla de las cintas en donde las desgracias naturales aquejan a la población, probablemente encuentre situaciones de cintas como La falla de San Andrés (Brad Peyton, 2015), Lo Imposible (Juan Antonio Bayona, 2012)(quizá a la que más se parezca) o 127 Horas (Danny Boyle, 2010).

La última ola, Roar Uthaug, Noruega, 2015, 105 min. Con: Kristoffer Joner, Anne Dahl Torp, Thomas Bo Larsen, et. al.