miércoles, 28 de marzo de 2018

Amante por un día. De cómo han cambiado las relaciones.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

La época en la que vivimos le ha dado un sentido diferente a la manera en que nos relacionamos. Poco a poco las relaciones interpersonales se han vuelto más superficiales, como lo expresara el polaco Zygmunt Bauman al expresar a la modernidad y el amor líquidos como relaciones que tienen caducidad muy próxima y la falta de compromiso en ellas. A pesar de ello, en más de una ocasión hay historias y personas que se niegan a confirmar esta premisa, Amante por un día es una cinta que refleja algunos rasgos de la forma en que se desarrollan las relaciones.

Jeanne (Esther Garrel) es una joven que acaba de romper su relación con su novio, el suceso que le ha dejado deprimida la ha obligado a moverse a la casa de su padre, Gilles (Éric Caravaca). Al mudarse se encontrará con que, Arianne (Louise Chevillotte), la novia de su padre tiene la misma edad que ella. La convivencia entre los tres personajes dará como resultado una amistad entre las dos mujeres, en donde pronto Arianne apoyará a Jeanne en el proceso para salir de la depresión en que se encuentra.

Sin embargo, la manera de ser de cada una de ellas y la forma tan diferente de concebir las relaciones y el amor las llevará a encontrar algunos secretos de la otra, lo cual podría no siempre desembocar en la manera en que ellas esperaban o más aún, en que el espectador espera.

La cinta de Philippe Garrel nos plantea una historia en donde es posible distinguir diferentes maneras de concebir el amor, por un lado está aquella que plantea la idea romántica del amor para toda la vida y en donde la fidelidad es lo más importante, por otro está el que tiene en el saciar los deseos carnales a como dé lugar y el amor fuera del núcleo central, aunque el hecho de tener una concepción distinta, a la larga no lo vuelve menos importante.

Si bien el tema y los enredos que va proponiendo se antojan como una propuesta que puede ser interesante y que puede reflexionar de manera filosófica en la manera en que es concebido el amor, la cinta nunca da el paso para desarrollar una historia que profundice en el tema y por el contrario, se queda en una historia un tanto superficial que se limita a cumplir (en ocasiones hasta de manera moral) con terminar de contar la historia, que hacia el final se siente precipitada y que ese mismo final deja al espectador con la sensación de que algo no ha terminado de cuadrar.

La película cuenta con buenas actuaciones, cada uno de los tres personajes principales realiza un buen trabajo, amalgamándose y complementándose en buen forma. Destaca la relación e interacción que tienen Esther Garrel y Louise Chevillotte en donde terminan convirtiéndose en confidentes. Por otro lado la cinta está contada en blanco y negro, lo cual refleja un buen manejo de la fotografía pues en todo momento logra verosimilitud en las escenas, aunque no puede decirse que sea excepcional, pues se limita a estar al servicio de la historia.

Otro de los detalles que entorpecen en algunas ocasiones la narración es el uso de una voz en off que intenta apoyar en el avance de la trama, sin embargo, en diferentes momentos cae en el torpe ejercicio de describir lo que está sucediendo a cuadro, en algunos más hace bien su trabajo de explicar pensamientos o el cambio en el tiempo. Este recurso puede llegar a ser molesto por la redundancia en la historia.

Amante por un día es una cinta que refleja la manera en que las relaciones amorosas han cambiado a partir de confrontar generaciones y maneras de pensar distintas, sin embargo, lo que bien podría ser una reflexión profunda al respecto, se queda muy corta pues se limita a contar una historia que lleva de la mano al espectador, pero en donde emplea pocos sobresaltos y un final precipitado que deja la sensación de vacío o de pedir más. Técnicamente está bien realizada, sin embargo, en su contenido es una reflexión un tanto superficial.

Amante por un día, Philippe Garrel, Francia, 2017, 76 min. Con: Eric Caravaca, Esther Garrel, Louise Chevillotte, et. al.


No hay comentarios:

Publicar un comentario