Por: Manuel Hernández-Samperio.
Algunas teorías sobre el tiempo y el espacio pueden devenir en hipótesis que propongan que la vida es cíclica y que al final se vuelve al lugar de donde se ha partido. Todd Haynes nos propone una cinta que juega sutilmente con esta idea para poder desarrollar la historia que quiere contarnos en Wonderstruck, el museo de las maravillas.
Ben (Oakes Fegley) es un niño que vive en un pueblo de Michigan, es 1977 y la reciente pérdida de su madre lo ha obligado a vivir con su tía en donde su primo no termina de aceptarlo y su prima intenta hacerle la vida lo más llevadera posible. Sin embargo, una noche al tratar de buscar respuestas sobre su pasado sufre un accidente que lo dejará sordo, pero al mismo tiempo encuentra una pista que lo llevará a Nueva York a buscar a su padre.
Rose (Millicent Simmonds) es una niña cuya historia se desarrolla en la década de los años 20, también vive en un pueblo y anhela incesantemente la vida de una de sus actrices favoritas. Es sorda y vive con su padre, quien es estricto, lo cual la llevará a escaparse a Nueva York, buscar a la actriz quien aparentemente es su madre y recorrer el naciente Museo de Historia Nacional.
La cinta de Haynes nos muestra un par de historias que avanzan de manera simultánea y que mientras avanzan van encontrando diversas similitudes, tantas que termina por caer en la inverosimilitud de la misma historia y por volverla predecible.
Sin embargo, si se analiza el contenido de cada una de ellas encontramos diversos elementos que le van dando ciertos puntos a la historia. En específico, la que se sitúa en la década de los 20 viene siendo una especie de tributo a los inicios del cine, tema que incluso se retoma en la trama con los inicios del cine sonoro, esta historia está presentada en blanco y negro y es muda en su mayoría, apelando a la interpretación del espectador a partir de los movimientos y actuaciones. La iluminación también es destacada pues logra crear atmósferas en donde la nostalgia por esa época se hace evidente.
La parte de 1977 es a color, con un mayor peso en los diálogos y presenta una ciudad muy cercana a lo que se conoce en la actualidad. Se denota el paso del tiempo en los escenarios que ocupas, sobre todo cuando se compara con la historia en blanco y negro. Las historias comparten más allá de los espacios en donde viven los personajes o suceden las acciones, sino que terminarán relacionadas por algo más fuerte, detonando así la premisa que planteábamos al inicio, donde se dijo que la vida puede ser cíclica.
Sin embargo, el guión y la trama enfrentan algunos problemas cuando se trata del desarrollo de las historias planteadas, pues en tratar de demostrar las coincidencias o similitudes van perdiendo el hilo conductor en ellas y se empiezan a desvanecer en detalles o la presencia de diversos personajes que poco van aportando a la trama principal, alargándola innecesariamente.
Las actuaciones son interesantes, cada uno de los niños hace un buen esfuerzo por transmitir lo difícil o duro que es tener una discapacidad y enfrentarse a un mundo que parece no estar preparado para ellos, sin embarrgo, van encontrando la forma de superar sus problemas. Destaca, en este tenor, la interpretación de Millicent Simmonds, quien logra comunicar bastante desde el silencio.
Wonderstruck, el museo de las maravillas es una cinta que si bien tiene sus problemas en el planteamiento de la trama principal, que se alarga de forma importante perdiéndose en sí misma, también nos presenta diversos elementos que le aportan, específicamente en el aspecto técnico y en el homenaje que se le hace a los inicios del cine, en donde el silencio imperaba, transportándonos a través de esos elementos a la manera en que se experimentaba ese cine.
Sin embargo, el guión y la trama enfrentan algunos problemas cuando se trata del desarrollo de las historias planteadas, pues en tratar de demostrar las coincidencias o similitudes van perdiendo el hilo conductor en ellas y se empiezan a desvanecer en detalles o la presencia de diversos personajes que poco van aportando a la trama principal, alargándola innecesariamente.
Las actuaciones son interesantes, cada uno de los niños hace un buen esfuerzo por transmitir lo difícil o duro que es tener una discapacidad y enfrentarse a un mundo que parece no estar preparado para ellos, sin embarrgo, van encontrando la forma de superar sus problemas. Destaca, en este tenor, la interpretación de Millicent Simmonds, quien logra comunicar bastante desde el silencio.
Wonderstruck, el museo de las maravillas es una cinta que si bien tiene sus problemas en el planteamiento de la trama principal, que se alarga de forma importante perdiéndose en sí misma, también nos presenta diversos elementos que le aportan, específicamente en el aspecto técnico y en el homenaje que se le hace a los inicios del cine, en donde el silencio imperaba, transportándonos a través de esos elementos a la manera en que se experimentaba ese cine.
Wonderstruck, Todd Haynes, Estados Unidos, 2017, 120 mins. Con: Millicent Simmonds, Oakles Fegley, Julianne Moore, et. al.
No hay comentarios:
Publicar un comentario