miércoles, 29 de noviembre de 2017

Western. De la colonización infinita.

Por: Masiel Rico Landa.

Habitar en un lugar desconocido en donde las costumbres, las tradiciones, la cultura e incluso el idioma son totalmente distintos a los propios, sin duda representa un gran reto para cualquier persona. En un contexto similar a este, Valeska Griseback ofrece su tercer largometraje Western que retoma importantes elementos de este género clásico para presentar temas relevantes de la Europa actual, como la xenofobia.

Un grupo de obreros alemanes requieren mudarse a un pueblo búlgaro para su siguiente trabajo. Inmersos en una comunidad que desconocen por completo, se enfrentan a importantes barreras culturales como el idioma que les impide tener un buen recibimiento, pues al mismo tiempo son víctmas de las desconfianza de los pobladores del lugar. 

Mientras a cuentagotas se van relacionando con ellos, se empiezan a generar, entre ellos mismos, algunas confrontaciones derivadas de la intención de demostrar quién puede ser el líder del grupo y de responder a la hostilidad con la que han sido recibidos, lo cual hará más difícil su proceso de adaptación.

Así como las diferencias culturales son un tema central del filme, también lo es la evidente xenofobia que éstas generan. Las acciones de los personajes, tanto búlgaros como alemanes, dejan clara su poca aceptación de "los otros", creando una constante atmósfera de hostilidad que se vuelve central en la narrativa.  

En este punto sobresale la naturalidad de las actuaciones que si bien ayudan a construir la historia con veracidad, no van más allá de una sencilla interpretación, en gran medida por las
características propias de los personajes y al tiempo por el contexto en el que éstos se desenvuelven.  

Con esa misma sencillez se maneja la dirección de fotografía a lo largo de toda la cinta, dando a la cámara el único papel de mostrar la acción, a pesar de ello, la locación ofrece la oportunidad de observar algunos paisajes naturales, volviéndose uno de los elementos que Griseback retoma del género western.

Sin embargo, el principal conflicto de este largometraje se concentra en la narrativa misma pues a pesar de que busca tocar temas relevantes y de actualidad, durante sus 119 minutos de duración no logra contar una historia concluyente, que guíe a la audiencia a algún lado, por el contrario ofrece una premisa que no tiene un cierre claro y que deja a la deriva a sus personajes y lo que cuenta de ellos. De la misma manera, el desenlace de la película llega abruptamente, dejando inconcluso lo que ha planteado y sin brindar al espectador información suficiente ni clara para poder especular y construir su propio final.  

Es así como Western queda en deuda con las expectativas del público, pues a pesar de que busca retomar características clásicas de un género tan reconocido e influyente, esto no le es suficiente para construir una historia sólida que deje un buen sabor de boca. Valeska Griseback deja muchos elementos libres en lo que pudo ser un interesante análisis sobre la masculinidad o sobre temas cada vez más recurrentes al hablar de la Europa moderna: la migración, la adaptación y la xenofobia. 

Western, Valeska Grisebak, Alemania-Bulgaria-Austria, 2017, 119 min. Con: Meinhard Neumann, Reinhardt Wetrek, Syuleyman Alilov Letifov, et. al.


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