martes, 3 de octubre de 2017

La mujer joven. Volver a empezar también es crecer.

Por: Masiel Rico Landa.

Tomar decisiones impulsivas pueden tener un efecto prolongado en nuestras vidas, en algunas ocasiones puede desembocar en momentos difíciles pero que a la vez, se convierte en lecciones valiosas. En este contexto, se desenvuelve la historia de Paula, protagonista de La mujer joven, largometraje con el que debuta como directora la francesa Léonor Serraille.


Paula es una joven francesa que tras migrar por unos años a México, vuelve a París buscando reencontrarse con su novio, sin embargo al volver, se encuentra con el rechazo de éste, quedando, al mismo tiempo, sin un lugar donde alojarse. Al no contar con el apoyo ni de su pareja ni de su madre, la joven se enfrenta al mundo completamente sola, viéndose forzada a crecer y superar todos los obstáculos que le presenta la compleja vida de la ciudad, para finalmente encontrar la forma de sobrevivir y hacer su vida de la mejor manera posible.


Mediante este filme Serraille nos muestra la vida de un personaje complejo que tiene como principal característica a su personalidad nerviosa y apesar de la cual, consigue una completa transformación que hace énfasis en su desarrollo personal y su madurez. Al inicio de la película nos encontramos con
una mujer joven, frustrada por el rechazo de un hombre de quien creía que la amaba, conforme la historia se desenvuelve, los cambios en Paula son sutiles pero sin duda notables, no sólo mediante las acciones sino incluso en elementos claves como su vestimenta y su imagen.


Al ser la transformación de Paula el punto medular de la cinta, la fuerza del filme se concentra por completo en Laetitia Dosch quien consigue una excelente interpretación de la protagonista, ya sea a través de sus acciones como por medio de detalles gestuales y de entonación, con los que transmite de forma muy efectiva, las emociones de su personaje.


Mediante una cámara sutil que cumple esencialmente con contarnos una historia, la narrativa lineal
de la cinta fluye sin conflicto alguno, presentando exclusivamente la información necesaria para entender el antes y el después del personaje principal, así como el entorno en el que se desenvuelve.


A pesar de hacer falta un poco de fuerza en las escenas de pelea (entre Paula y su madre o entre Paula y su ex novio), la verosimilitud de la cinta se hace presente prácticamente en todo momento, permitiendo que en más de una ocasión y debido a la circunstancia de la historia propia, más de un espectador pueda sentirse identificado con la protagonista, llevando a que la proyección sea aún más disfrutable.


Del mismo modo, el buen desarrollo del personaje nos guía a un final oportuno en el que ya se ha
evidenciado el crecimiento de Paula. Aunado a ello, esa clara metamorfosis se hace contundente al presentar el giro de 180º en la historia, donde la protagonista decide reiniciar su vida y no volver a su pasado.


Es así como La mujer joven nos ofrece un muy bien logrado guión que se concentra en el crecimiento de su personaje central, contándonos una historia que sin duda más de un espectador ha podido conocer en la vida real y que mediante la evolución contundente de su protagonista logrará que más de uno se sienta identificado.

La mujer joven, Léonor Serraille, Francia, 2017, 97 min. Con: Laetita Dosch, Grégoire Monsaingeon, Souleymane Seye Ndiaye, et. al.



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