Por: Masiel Rico Landa.
Las drogas son un tema recurrente en el cine y han sido retomadas desde diversas perspectivas, algunos directores intentan mostrarnos cómo funciona el narcotráfico, otros lo muestran como parte de la realidad de las clases acomodadas y unos más se han enfocado en mostrar la vida de los adictos.
Es desde este último ángulo que Peter Grönlund construye su historia. A la deriva nos enseña la cotidianidad de la vida de Minna, una adicta sueca que gracias a su vicio se ve envuelta en severos conflictos y que a pesar de las dificultades que enfrenta a diario, encuentra por casualidad la amistad en medio de ese caótico mundo egoísta.
La historia propuesta por Grönlund está llena de tensión y estrés, en buena medida para evidenciar la ansiedad que atraviesa la protagonista, para lograr estas sensaciones el director echa mano de diversos elementos. En primera instancia la cámara juega un rol importante para transmitir esas emociones, el constante movimiento e inestabilidad, logra que esa desesperación que sufre el personaje principal se contagie al espectador. Lo mismo ocurre con las persecuciones en las que Minna se ve envuelta, mismas en las que la cámara la acompaña, permitiendo que el público se sienta inmerso en ellas.
momentos clave del filme, es el sonido ambiental el que se emplea para presentar la acción, dejando que ésta se encargue por completo de la transmisión de las emociones y ayudando a la vez a crear una atmósfera más apegada a la realidad.
En cuanto a la fotografía se refiere, es un constante tono azulado el que ayuda también a la creación de una atmósfera fría y solitaria que evidencia ese mundo de la drogadicción y complementa el ambiente en el que la historia se desenvuelve.
Por otra parte el casting y las actuaciones también consiguen construir la importante veracidad de la historia. Todos los personajes que rodean la vida de Minna son interpretados de una manera efectiva, la misma interpretación de la protagonista consigue que el público se adentre en el mundo de las drogas en el que está inmersa.
En este punto, la caracterización del personaje principal es digno de resaltarse pues los elementos de maquillaje y vestuario logran que Malin Levanon sea prácticamente irreconocible a lo largo de toda la cinta. Aunado a ello, los gestos y movimientos de la actriz permiten que la construcción de su personaje sea efectiva y verosímil.
Finalmente, la película cuenta una historia relativamente sencilla por lo que la construcción narrativa
fluye de la misma forma. A pesar de ello, se extiende un poco hacia el final, no de manera injustificada pero sí corriendo el riesgo de volverse un poco tediosa para la audiencia.
Es así que Peter Grönlund nos ofrece en A la deriva, su primer largometraje, una historia 'sencilla' pero que plasma claramente el contacto cercano que ha tenido con este mundo y al mismo tiempo abre al público las puertas de esas historias cotidianas de muchos, que muchos otros ignoran.
A la deriva, Peter Grönlund, Suecia, 2015, 95 min. Con: Malin Levanon, Lo Kauppi, Tomasz Neuman, et. al
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