La sociopatía es una enfermedad difícil de identificar y que por su naturaleza ha sido el rasgo principal de diversos personajes en más de una historia. Partiendo de un trastorno tan complejo como éste, Tomáš Weinreb y Petr Kazda dirigen su opera prima Yo, Olga: Historia de una asesina (Já, Olga Hepnarová en su idioma original).
El filme retoma la historia de Olga Hepnarová, una mujer checa que en la década de los 70 asesinó a ocho personas tras atropellar a una multitud intencionalmente. Debido a sus actos, Olga fue sentenciada a pena de muerte, convirtiéndose en la última mujer ejecutada en la hoy extinta Checoslovaquia.
A diferencia de otros filmes que versan sobre asesinatos masivos, Yo, Olga: Historia de una asesina, se concentra en la vida de la protagonista, mostrando el lado humano de Hepnarová y dejando en manos de la audiencia los juicios de valor sobre el acontecimiento.
Weinreb y Kazda consiguen crear para su filme, una atmósfera de constante soledad y melancolía que acompaña en todo momento al personaje principal y tienen la clara intención de mostrar al espectador la perspectiva que Olga tenía sobre el mundo y la vida en general.
Aunado a ello, las cartas escritas por la asesina checa son un elemento en voz en off que exponen al espectador las emociones y pensamientos de Olga, permitiendo un buen desarrollo del personaje y de la narrativa.
Realizada en blanco y negro, la película cuenta con una fotografía bien hecha que en conjunto con el diseño de arte, las locaciones y las constantes tomas abiertas, reafirman la atmósfera solitaria e incluso abandonada en la que vive la protagonista.
Uno de los temas sobresalientes de la historia es la tendencia lésbica de Hepnarová. Se hace presente en muchas de las escenas del filme, sin embargo la duración de éstas puede ser un poco excesiva, particularmente cuando el tema ya se ha hecho explícito.
La actuación de Michalina Olszanska apoya al buen desarrollo de la narrativa pues a pesar de que en un inicio pareciera un tanto exagerada, mejora conforme la trama avanza,
logrando transmitir la tristeza e incluso la desesperación de su personaje.
Finalmente la ausencia de música y demás efectos sonoro, tiene un resultado en donde se le da mayor peso a los elementos visuales para transmitir las sensaciones por las que atraviesa el personaje principal, mismas que van desde la nostalgia y la soledad hasta la indiferencia y el miedo.
Así, este filme de la República Checa, aprovecha sus 105 minutos de duración para compartir al público un poco más de la historia de esta asesina pero dotada de un enfoque imparcial que permite al espectador sacar sus propias conclusiones sobre el tema y sobre la situación que se vivía en el antiguo régimen de ese país.
Yo, Olga. Historia de una asesina, Tomáš Weinreb y Petr Kazda, República Checa-Polonia-Francia-Eslovaquia, 2016, 105 min. Con: Michalina Olszanska, Martin Pechlát, Klára Melísková.
Muy interesante. Me dieron ganas de verla!
ResponderEliminarMe gusto. La recomiendo!!!
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