jueves, 13 de abril de 2017

Sangre de mi sangre. Una sociedad que poco ha cambiado.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

¿Acaso entre nosotros caminan brujas y vampiros? Sangre de mi sangre de Marco Bellocchio es una cinta en donde el surrealismo y las cosas que no tienen una explicación aparente toman sentido, además de confluir dos épocas distintas. 

En el siglo XVII, en un monasterio italiano, Benedetta es acusada de haber enamorado a un sacerdote, desatado ciertas pasiones y llevarlo al suicidio, gracias a que ha hecho un pacto con el diablo. Son los tiempos en los que la Inquisición castiga a todo aquel que desafíe a Dios, el suicidio también es atentar contra él, por esta razón el hermano del sacerdote decide intentar convecer a la mujer de aceptar dicho pacto, sin embargo, al conocerla las cosas irán cambiando. 

Por otro lado, en el mismo lugar pero algunos siglos después el mundo se ha modernizado y el monasterio ahora es ocupado por un viejo que ha abandonado a su familia y ahora busca realizar negocios con empresarios rusos a partir de la compra venta de bienes. 
 
El más reciente filme de Bellocchio, conjuga dos épocas distintas a través de dos historias de donde pueden criticarse diferentes temáticas: las sociedades de aquel y este tiempo, el apego hacia la religión y las cosas místicas que sobreviven hasta nuestros días, etc. 

En la primera parte destaca la ambientación tanto del monasterio como de los vestuarios, todo inicia como un filme serio en donde los pactos diabólicos se persiguen de oficio y en donde es fundamental dejar en claro la época. La segunda
rompe claramente con lo planteado durante la primera y sin sólo algunos pequeños detalles los que dejan ver que se ocupa el mismo espacio. Si bien durante la primera parte, ya se dejan ver algunos de los vicios y placeres que se tenían, justificando en varias ocasiones en nombre de dios, es en la segunda en donde vienen más críticas hacia la sociedad, en cómo de las frivolidades que tenían que ver con ideas instauradas por la iglesia en donde el diablo era el antagonista favorito, ahora han cambiado se han transformado en cosas como los pecados capitales: la vanidad, la avaricia o la gula y algunos otros "lujos" acaparan la atención de esta historia. 

Y aquí es donde aparece lo místico, si bien en la primera parte se hablaba de "brujas" que han pactado con satanás, en la segunda encontramos que son los vampiros, quienes conservan su juventud intacta y valiéndose de ciertos trucos pueden tener la vida que quieren, a final de cuentas, es a través de estos personajes que vienen las críticas del director hacia la forma en que se vivió y se vive. 

Sangre de mi sangre es un filme interesante, en sus planos se evidencia que tuvo un buen presupuesto para la producción y en donde se manejan dos épocas distintas claramente diferenciadas tanto en ambientación como en el ritmo en que se cuenta, sin embargo, se utilizan para criticar a una sociedad que a pesar del tiempo, poco se ha atrevido a cambiar.

Sangre de mi sangre, Marco Bellocchio, Italia, 2015, 107 min. Con: Alba Rorhwacher, Filippo Timi, Toni Bertorelli, et. al.

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