miércoles, 19 de abril de 2017

Bajo la arena. Buscando el honor enterrado.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

La Segunda Guerra Mundial dejó una Europa en ruinas cuya reconstrucción costó muchos años y mucho esfuerzo. Con referencia a este tema cada año se produce una buena cantidad de filmes, la mayoría de ellos basados en hechos reales. Bajo la arena de Martin Zandvliet es, sin duda, una de las mejores cintas que se han realizado sobre la posguerra en los últimos años.

En un episodio de la posguerra poco conocido por la gran mayoría, los soldados alemanes fueron obligados a desactivar las minas que durante la guerra habían colocado sus ejércitos esperando la llegada de las tropas aliadas por las costas de Dinamarca. Bajo la arena comienza cuando se sigue la historia de 12 soldados empleados para esa labor agrupados bajo el mando del sargento Carl Rasmussen (Roland Moller). 

Conforme los días van avanzando y se empieza a gestar una relación entre soldados y sargento unos y otros entenderán que a su contraparte también lo aquejan problemas, miedos y sueños parecidos y que esperan poder realizarlos, aunque la misión que tienen podría cambiar los destinos de un momento a otro. 

La cinta en cuestión nos pone de frente con una de las tantas formas en que el pueblo alemán se vio obligado a pagar por las acciones y daños ocasionados durante el régimen nazi y las invasiones que ya conocemos. Plantea una historia en donde el suspenso es el ingrediente principal y se apoya en un ritmo tanto en la cámara como en la edición que no hacen sino incrementar esta característica en el espectador. 

La trama no busca ser condescendiente, no quiere disculpar a los soldados alemanes por lo que hicieron y sin embargo, en su desarrollo, logra que en los soldados cuya misión es desactivar bombas se reflejen las características que los humanizan, que los ponen como cualquier otra persona y que por lo mismo se logran identificar, hasta cierto punto, con el sargento a su cargo. A lo largo del guión, tanto en los diálogos, como en las acciones, se deja sentir un franco sentimiento anti-alemán, bastante característico de la época y que se transmite de forma óptima de la pantalla al espectador gracias a interpretaciones y caracterización.

Con buenas actuaciones, en donde destaca la del sargento, interpretado por Roland Moller, quien tendrá que cargar con el peso de convivir con soldados que son niños aún, y en quien se verá notoriamente una evolución en el personaje, el resto del reparto también hace un muy buen papel complementando y dotando de gran verosimilitud cada una de las escenas. 

La fotografía también luce, el lugar en el que se desarrolla gran parte de la trama es la playa donde trabajarán los soldados y en combinación con una buena composición y una dirección de cámara adecuada (que no duda en moverse por los diferentes espacios planteados de forma que podamos entrar en el juego de la acción), se logra hacer verla como un personaje más. Mención aparte de los vestuarios empleados, que en automático sitúan en la época desarrollada.

Bajo la arena es el retrato intenso de un momento de la historia que poco se ha conocido, el guión está bien estructuro de manera que logra mantener el suspenso durante la mayor parte de la historia, llevándolo en aumento y dando diferentes giros que mantendrán al espectador atento a lo que sucede a continuación. Su estilo se aleja de querer moralizar sobre la guerra y sin embargo, mientras explora nos demuestra que no sólo ella, sino sus consecuencias pueden dejar huellas difíciles de borrar. Es sin duda una cinta imprescindible.

Bajo la arena, Martin Zandvliet, Dinamarca-Alemania, 2016, 100 min. Con Roland Moller, Louis Hofman, Joel Basman, et. al.


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