martes, 21 de marzo de 2017

Un hombre insignificante, o el despertar de la ciudadanía.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Los sistemas políticos a nivel mundial han llegado a un punto en donde la mayoría de la gente ha dejado de confiar en los políticos, casos de corrupción, enriquecimiento ilícito, decisiones que van en contra de los gobernados y la misma incapacidad para ejercer sus cargos, son sólo algunos ejemplos de aquello que ha llevado cerca del colapso a los diferentes sistemas políticos y voltear hacia otros lados, el ejemplo más reciente y seguramente más contundente es la del presidente de Estados Unidos.  

En la India, en años recientes se ha dado un fenómeno encarnado en la figura de Arvind Kejriwal, un trabajador que se convirtió en activista para llevar a debate una ley “anti-corrupción”, sin embargo, enfrentar a un sistema ya establecido y del que sólo sus protagonista se han beneficiado no siempre es sencillo, razón por la cual decidió combatirlos desde su mismo plano: la política.  

Un hombre insignificante es un documental que retoma la historia de este personaje y lo sigue
en la lucha que inició para enfrentar el sistema que trató de excluirlo; de esta forma logra darle eco a las propuestas e ideas que ha buscado y el proceso y aliados que tuvo en su camino a las urnas.

La cinta es un viaje por el distrito de Nueva Dehli, en la India, en donde lejos de engrandecer o ensalzar la figura de Kejriwal, se limita a seguirlo y trata de marcar una distancia para no caer en los excesos que podría implicar el fanatismo. De esta forma nos puede mostrar los difertentes matices que tienen la personalidad del protagonista, con todo y las contradicciones y obstáculos que él mismo se pone. 

El documental tiene como uno de sus puntos fuertes el utilizar material de archivo en el cual puede apoyarse para contar lo que ha pasado hasta antes de que el documentalista retomara la historia.
La edicion es ágil, lo cual favorece al montaje, el cual se preocupa por mostrar las historias que corren paralelas (en tiempo) a lo que realiza el personaje, así podemos ver no sólo sus acciones, sino también las de sus contrincantes, esta características nos ayuda para poder conocer de mejor manera el contexto y los cambios que se fueron suscitando durante las campañas; con ello es evidente ver la evolución tanto en el personaje como en la percepción que se tenía de él en el ámbito político. 

Del mismo modo, ese montaje ayuda a darle una estructura en donde se utilizan diferentes momentos de tensión, lo cual ayuda para mantener en todo momento la atención del espectador, las cuales van desde decisiones radicales hasta algún asesinato. 

En el contexto actual, en donde la clase política comienza a perder credibilidad, es común que vayan apareciendo personajes como Kejriwal. La cinta tiene, curiosamente, muchos paralelismos con la política mexicana, en donde fácilmente se podrían identificar personajes con ideas similares a las del protagonista; esta característica nos deja ver que los problemas por los que atravesamos como nación no son exclusivos de ciertos modelos políticos o de algún lugar geográfico, sino que "en todos lados se cuecen habas". Lo que sucede con Un hombre insignificante, es que termina siendo un documental que siembra la esperanza, tanto en el poder de cambio de la ciudadanía, como en el de un sistema político que se niega a renovarse y a ser incluyente, al menos en el de la India.

Un hombre insignificante, Khushboo Ranka, Vinay Shukla, India, 2016, 98 min. 


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