En muchas ocasiones los sistemas de justicia tienen las suficientes lagunas para dar pie a que algunos crímenes queden sin resolver debido a la falta de pruebas, en muchas ocasiones de manera genuina, en otras más porque los implicados tienen el suficiente poder para evitar ser sancionados (no aseveramos que en todos los países sea así, pero al menos en el caso mexicano sí). en el caso de Contratiempo de Oriol Paulo, situada en España, esta condición se explota para dar como resultado una historia en donde el misterio y los enredos son el plato fuerte.
Adrián Doria (Mario Casas) es un joven emprendedor y millonario cuya carrera de éxito se ve amenazada cuando es implicado en el asesinato de su amante, la fotógrafa Laura Vidal (Bárbara Lennie). La escena del crimen parecer ser clara para la policía: una habitación de hotel, en donde todos los accesos están sellados debido al invierno y en donde la única ruta de escape está bloqueada por los testigos. Ante la situación, en donde todo indica que será incriminado, decide contratar a Virginia Goodman (Ana Wagener), abogada afamada por no haber perdido un solo caso y porque su suspicacia le ha dado notoriedad en la preparación de testigos de modo que le ayuden a no perder los casos.
Las cosas parecen precipitarse cuando un aparente testigo del crimen ha decidido declarar, razón que llevará a Doria y su nueva abogada a preparar el caso en un plazo de tres horas. Sin tener otra opción más que la de confiar en ella, iremos descubriendo que detrás del primer asesinato se esconden otros movimientos que podrían terminar, en definitiva con la prominente carrera del empresario.
Comencemos por mencionar que la característica más potente de la cinta es el guión, en donde se van entrelazando un sinfín de posibilidades para generar una historia que se sustente ante la policía, en donde, como se nos repite una y otra vez, lo más importante son los detalles. Esto desemboca en un thriller que juega con la mente del espectador, quien una y otra vez verá cómo caen las suposiciones que, seguramente, irá realizando con los elementos que la misma narración le da. A esto hay que agregarle los diferentes "giros de tuerca" que van apareciendo, en ocasiones previsibles, en otras tantas, como lo es el final, definitivamente se vuelven desconcertantes.
Y, sin embargo, esa misma elección de ir haciendo tantos cambios a lo largo de la trama va dejando algunos detalles sin conexión entre sí, logrando confundir (más por su ausencia que por su correcto planteamiento) a los espectadores, algunos se justifican hacia el final, otros simplemente se quedan sin resolver, lo cual puede irle quitando fuerza a la narración.
Las actuaciones son un poco disparejas, mientras tenemos que el protagonista, Mario Casas, es muy poco expresivo y en la mayoría de las ocasiones su cara de seriedad se hace presente pero poco transmite, el resto del reparto realiza un buen trabajo, la mayoría de ellos realizando sus actuaciones con el timming debido para ir generando mucho más suspenso o estructurar de buena manera su personaje, dejando espacio para el misterio en cada una de sus personalidades, lo cual es un punto que funciona, pues de esta forma hay cierta libertad para que sus acciones se vayan justificando pues no hay una claridad específica de cómo reaccionarán a cada estímulo.
La interacción entre los dos personajes principales, desde los cuales toda la trama es contada, Goodman y Doria, es bastante interesante, en todo momento se siente tensión gracias a las dos personalidades y a que entre ellos se va dando un juego por ver quién es más inteligente, advertencia que se hace desde el que se encuentran por primera vez.
Si bien los pequeños detalles y algunas inconsistencias de verosimilitud (puestas así para justificar la trama) pueden distraer al espectador haciéndolo caer en pequeñas reflexiones en donde es fácil perder el hilo de la trama, consideramos que Contratiempo tiene un guión interesante y está equipada con momentos de suspenso bien logrados y un ritmo otorgado por la edición que llevarán, invariablemente, a que el espectador espere hasta el final para decidir si es creíble, o no, la forma en que se resuelve el caso.
Contratiempo, Oriol Paulo, España, 2016, 106 min. Con: Mario Casas, Ana Wagener, José Coronado, et. al.
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