Por: Manuel Hernández-Samperio.
El cine (como arte, como negocio, como medio de expresión) le debe a Francia grandes favores, desde la invención del cinematógrafo, por el cual nació esta arte, hasta diferentes corrientes artísticas o la misma crítica cinematográfica, teniendo en dos revistas a dos de sus máximos representantes: Positif y Cahiers du cinema. Con todo esto han surgido directores que han marcado creado clásicos e incluso determinado nuevas corrientes o formas de hacer cine. Un viaje a través del cine francés, es precisamente eso, un viaje en donde poco a poco iremos conociendo más de lo que las corrientes artísticas han hecho con el cine.
Dirigida y narrada por Bertrand Tavernier, la cinta hace un recorrido por algunos de los directores relevantes para la historia cinematográfica o, en su caso, se toma la libertad para hablar de quienes son para Tavernier sus directores favoritos o fueron sus amigos. A través de este recorrido se irán presentando anécdotas pero a la vez mucho análisis cinematográfico que irá develando curiosidades en la filmografía y las razones por las que un director, productor o músico ha atravesado la barrera del tiempo convirtiéndose en referentes.
Combinando la voz en off con algunas tomas en donde Tavernier hace cómplice de este repaso al espectador, e incluso en algunas conversaciones que ha tenido el director con otros colegas, es que se van desentrañando las historias de diferentes momentos o de personalidades que con su forma de ser, a veces meticulosa, otras obsesiva y en otras más un tanto anarquista fueron experimentando por diferentes veritentes aportando y cambiando la manera en que se concebía la actividad cinematográfica. Esta narración cuenta con gran fluidez y en todo momento es interesante, si bien, el narrador toma un papel omnipresente, y en muchas ocasiones cita sus anécdotas, en la mayor parte del tiempo se demuestra una investigación que ampara la información vertida.
Por otra parte, otro de los puntos en favor de la cinta es el análisis cinematográfico realizado por los diferentes personajes que aportan sus testimonios, pues de esta forma no sólo van dando informacion sobre las notas curiosas, sino que explican el porqué se considera que una escena está muy bien desarrollada o en su caso es bella; todo esto apoyado con el material original de las cintas a las que se está haciendo alusión, lo cual aumenta el valor del documental.
La forma en que está estructurado logra darle gran ritmo y lo hace entretenido, de esta forma no se sienten las poco más de tres horas que dura el filme; el director muestra gran facilidad para ir relacionando un tema con otro y por consiguiente puede cambiar de personaje sin que el guión se sienta forzado o, cuando es necesario, cierra un capítulo y abre otro a partir de el uso del fade a negros.
Sin duda Un viaje a través del cine francés, es una cinta que aporta muchísimo no sólo a la cinematografía de ese país, sino a todos los cinéfilos que se encuentran interesados en conocer una parte (cerca de 40 años de los años 30 a los 70) muy pequeña de la historia del cine mundial; debe ser una cinta obligatoria tanto para iniciados como para quienes no tienen gran acercamiento al cine francés, pues en él se revisan autores que, en el caso mexicano, muy difícilmente suenan en nuestras salas o en la academia. Imperdible.
Un viaje a través del cine francés, Bertrand Tavernier, Francia, 2016, 190 min.
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