El
6 de abril de 2011 México conmocionaba al mundo, una vez más, con la
noticia del descubrimiento de fosas clandestinas en donde yacían los cuerpos
de al menos 193 personas en San Fernando, una localidad del estado de
Tamaulipas. Hacia finales del sexenio de Calderón como presidente se
mostraba una vez más el poder de algunos grupos del crimen organizado y la incapacidad
por evitar este tipo de masacres; las investigaciones demostrarían
posteriormente que la mayor parte de los cadáveres pertenecía a
indocumentados que buscaban cruzar hacia Estados Unidos, lo cual develó nuevos
modus operandi por parte de estos grupúsculos, evidenciando al mismo
tiempo que las heridas causadas por la guerra contra el narcotráfico seguían abiertas y ahondándose.
Ese mismo 6 de abril significaría el inicio de una pesadilla para una trabajadora de aduanas, quien posteriormente, junto a varios de sus compañeros, sería culpada por los cargos de trata de blancas para posteriormente ser recluida
en una cárcel controlada por el crimen organizado, en donde
inevitablemente tendrá que soportar hasta que a las autoridades les
convenga.
Por
otro lado, Adela, es madre de una familia en donde su hija ha
desaparecido. Ella ha estado buscándola durante los últimos años a pesar
de las amenazas de muerte de las que ha sido objeto y de que la
policía, ente con la responsabilidad de protegerla, se ha visto coludida y quizá hasta implicada en la desaparición. Ambos testimonios se irán entrelazando al mismo tiempo que somos testigos de un viaje por los caminos de los estados del Golfo de México.
Tatiana Huezo
nos demuestra en este documental que los problemas desatados por una
guerra contra el narcotráfico han tenido en la sociedad daños
colaterales bastante serios y nos deja ver que es esa misma sociedad la
que probablemente ha pagado los precios más altos de la situación.
Con un estilo en donde prevalece la voz en off nos va ilustrando con ese viaje, (ruta de miles de migrantes centroamericanos)
que parte de Tamaulipas y tiene como destino las costas del Caribe, de
esta forma nos vamos enterando de los abusos de las que han sido
víctimas las mujeres de que comparten sus testimonios al mismo tiempo
que a cuadro vemos cómo es que metafóricamente vamos entrando a una
tormenta, el cielo es el principal elemento que refleja esta situación.
La fotografía tiene momentos en donde también se vuelve relevante, aunque lo estético del documental no es la prioridad, hacia
el final comienza a develar la atmósfera que acompañará a una de las
historias que se enfila a la redención y es a través del buen uso de la
luz que se logra obtener encuadres que rayan en la belleza.
La
tempestad es denuncia en el más puro sentido de la palabra; a la vez es
testimonio vivo de la situación a la que se enfrentan varios miles de
familias mexicanas, derivado de instituciones corrompidas y coludidas
con poderes fácticos que desde la ilegalidad controlan partes
importantes del país.
Tempestad, Tatiana Huezo, México, 2016, 105 min.
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