Por: Manuel Hernández-Samperio.
El cine es un ente social que, como la gente se encuentra en constante cambio. Las primeras décadas del siglo pasado fueron tan convulsas y dieron pie a la existencia de diversas corrientes que da la impresion que en nuestra época ya no se ha tenido la oportunidad de experimentar de nuevo. Sin embargo se hace, prueba de ellos son los cambios en el estilo de narrar los documentales, pues en los últimos años se han hecho mucho más comunes dos vertientes: la docuficción y una especie de combinación entre el cine directo y el cinema verité, en donde se pretende dejar la cámara frente a un hecho, sin intervenir en él o en sus protagonistas y dejar que sean los personajes quienes cuenten su propia historia, de acuerdo a cómo actúan ante la realidad.
En esta última vertiente podríamos ubicar el más reciente trabajo de Gianfranco Rosi, Fuocoammare: fuego en el mar. En donde se propone capturar la vida de la isla lampedusa en Italia y ver cómo es que ha sido en los últimos años, uno de los lugares a donde han comenzado a llegar bandadas de inmigrantes provenientes principalmente de algunos países africanos.
Pero además nos muestra la manera en que la vida de los pobladores nativos ha ido cambiando gracias a la llegada de los extranjeros, centr´andos een la historia de Samuele, un niño de 12 años, y de algunos otros personajes locales como un doctor o la estación de radio local. De esta forma el choque cultural y los problemas que han traído consigo los migrantes, sus formas de viajar y la convivencia con la gente local van dando testimonio de esta situación.

El documental necesita la atención del espectador, pues al carecer de un narrador o de entrevistas, deja todo en la interpretación, de esta forma poco a poco nos vamos enterando de dónde provienen los migrantes, el porqué se vieron en la necesidad de salir de sus lugares de origen y cuáles han sido los obstáculos por los que han tenido que pasar, para, de forma aglutinada en un barco con la latente amenaza de hundirse, llegar hasta la isla italiana.
Del mismo modo conocemos la vida del niño en la isla, cómo es la escuela, la relación con los doctores, quienes también presta sus atenciones a los migrantes y la cabina de la radio local, en donde se nos evidencia el tono rural que impera en el lugar.

La manera en que se cuenta también tiene sus puntos, la cámara, testigo que busca no participar en las acciones por las que atraviesan los personajes, tiene al algunos emplazamientos que logran realmenternos en la historia, los momentos en los que se encuentra navegando en las barcas y simplemente se la deja ir con la marea son el más claro ejemplo de ellos.

Fuocoammare es un documental interesante, enfrenta el problema de irse perdiendo y diluyendo entre todas las historias que trata de reflejar, pero más allá de eso, refleja y denuncia los problemas por los que atraviesa el mundo en nuestros días, no sólo en el aspecto de quienes migran con todo y sus causas, sino también en aquellas sociedades, que por su posición geográfica son los lugares a donde llegan estas personas.
Fuocoammare, Gianfranco Rosi, Italia, 2016, 108 min. Con: Samuele Pucillo, Pietro Bartollo, Maria Costa, et. al.
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