
¿Podrías imaginar un mundo donde el contacto genital es dañino y hasta peligroso? Cord (2015), dirigida por el colombiano Pablo González, presenta un mundo ficticio donde en un ambiente poco higiénico, frío y solitario, Tanya (Laura de Boer) y Czuperski (Christian Wewerka) negocian una nueva forma de conseguir placer.
Tras conocerse gracias a un amigo en común, Tanya, una adicta al sexo, buscará que Czuperski le brinde nuevas formas de placer, mediante las maquinas de masturbación con las que trafica y que él mismo ha creado. Tras un proceso aparentemente muy doloroso, consiguen su objetivo, sin embargo, las consecuencias no tardan en presentarse.
El filme hace uso de la temática sexual de una forma poco usual y es que si bien el sexo suele ir ligado al erotismo, la pasión, el amor o hasta la diversión, en el caso de Cord, se busca más bien incomodar a la audiencia, propósito que se consigue muy bien, especialmente gracias a la escenografía y el diseño de arte.

A lo largo de todo el filme, la cámara cumple con el propósito de mostrar la acción, sin embargo, es la iluminación la que consigue un papel más relevante pues es un elemento esencial en la construcción del ambiente solitario, abandonado y hasta antihigiénico en el que toda la historia tiene lugar, del mismo modo es mediante la luz que se hace énfasis en ciertas gesticulaciones de los actores, permitiendo así, reconocer y reforzar las emociones que se transmiten.

Esta co-producción colombiana-francoalemana, será parte del Festival Internacional de Cine Independiente en la Ciudad de México, Stuff 2016 y será exhibido en Casa del Lago el viernes 21 de octubre.
Cord, Pablo González, Colombia-Francia-Alemania, 2015, 65 min. Con: Laura Boer, Michael Schumacher y Christian Wewerka.
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