Por: Manuel Hernández-Samperio.
El mundo del espectáculo suele ser cruel con sus protagonistas, en la actualidad, con todo el bombardeo mediático y de redes digitales la fama y popularidad se ve aún más limitada, obligando a quienes la han alcanzado a renovarse o, de lo contrario, perderse entre la infinidad de personas que aspiran a alcanzar un poco de la tan ansiada gloria. Esta búsqueda insaciable puede desembocar en situaciones donde las operaciones para modificar el cuerpo se antojan como lo más ligero, o al menos así lo demuestra el Demonio Neón, el más reciente filme de Nicolas Winding Refn.
Jesse (Elle Fanning) es una aspirante a modelo recién llegada a Los Ángeles. Su belleza y juventud llaman la atención de fotógrafos, diseñadores y demás personajes dentro del mundo del modelaje, por lo cual a pesar de su aparente inocencia, comienza a escalar posiciones hacia la fama. En este camino conocerá a Ruby (Jena Malone) una maquillista que le ofrece su amistad e intentará integrarla a su grupo de amigas, que comparte con dos modelos que han alcanzado cierta fama: Gigi (Bella Heathcote) y Sarah (Abbey Lee).

Dividiremos esta reseña en dos partes, por un lado pondremos la historia, el guioón y las actuaciones y por el otro el aspecto técnico. Dicho lo anterior, procedamos a la primera mitad.
La historia es una mezcla Mapa a las estrellas (David Cronenberg), en donde se mostrabaj el mundo de los actores infantiles, en este caso es cambiado por el mundo del modelaje, en donde la belleza es lo que mueve a todos. En cuanto al contenido de la misma nos encontrarmos con una mezcla de un estilo contemplativo demasiado forzado, con ciertas tendencias al surrealismo con un realismo estridente que busca generar horror y algunas ideas tribales en donde si te comes los órganos o la sangre de alguien tendrás entonces las habilidades que poseía en vida.

Ahora bien, ya hemos dicho que la historia planteada no termina por amarrar, sin embargo, aún tenemos el aspecto técnico de la cinta en donde se muestra un trabajo bello. La iluminación y su uso, que por momentos recuerda al trabajo anterior de Winding Refn (Sólo Dios perdona), logran un nivel estético considerable, esta podría ser, desde nuestro punto de vista, la única justificación para tener un ritmo de encuadres largos y pausados. Se le puede agregar cierta experimentación realizada con la cámara, movimientos de ella, y el empleo de la misma iluminación en donde se vuelve a connotar el aspecto onírico y hasta alucinatorio de la cinta. La música es otro de los elementos a destacar, pues ayuda a crear las atmósferas con tintes oníricos, sin embargo, se echa mano de ella en exceso, lo cual puede llegar a cansar al espectador.
En síntesis, Demonio Neón es una cinta que tiene un gran valor artístico en el aspecto visual y la banda sonora, sin embargo, cuando se la ve como un todo, tiene algunos detalles dentro del ritmo y esta necedad por alargar innecesariamente las tomas y el buscar crear sensaciones en el espectador aún sin una justificación concreta que le van poniendo ciertos obstáculos al espectador y que va en detrimento de la historia misma. Se tenía el material suficiente para alcanzar convertirla en una obra de arte, sin embargo, da la impresión de quedarse algunos pasos atrás.
Demonio neón, Nicolas Winding Refn, Estados Unidos-Dinamarca-Francia, 2016, 117 min. Con: Elle Fanning, Karl Glusman, Jena Malone, et.al.
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