miércoles, 27 de julio de 2016

Norte, el fin de la historia.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Estudios han demostrado que muchos de los asesinos seriales cuentan con un coeficiente intelectual elevado, son gente en apariencia funcionales para la sociedad pero también son buenos para no dejar rastros de sus crímenes y ocultar esa doble vida, si partimos de este tema estamos hablando de una de las tantas partes por donde puede desmenuzarse norte, el fin de la historia.

Fabián (Sid Lucero) es un estudiante de leyes, un tipo brillante, en palabras de sus compañeros con un futuro prometedor y lleno de éxitos, sin embargo, decepcionado por la política y la situación de su país se decide a dejar la escuela y posteriormente su vida dará un vuelco al cometer un asesinato. Las autoridades juzgan a un culpable por la acción cometida, pero no es quien llevó a cabo el crimen, sino a Joaquín (Archie Alemania), un padre de familia, quien tendrán tendrá que cumplir su pena. La esposa de Joaquín, por su parte, tendrá que arreglárselas para sobrevivir.

La vida de los tres personajes se verá forzada a adaptarse a las circunstancias en las que se encuentran. Mientras a Fabián el remordimiento no lo deja estar en paz, Eliza (Angeli Bayani), esposa de Joaquín, tendrá que hacerse cargo de sus hijos, mientras su marido tiene que enfrentar la crueldad de la cárcel y aprender a sobrellevarlo. Todo esto en medio de un contexto de desolación política en Filipinas.

Podríamos hacer una reseña que sea equivalente a las más de cuatro horas que dura la cinta, sin embargo, debemos decir que la cinta es contundente. A lo largo de la historia nos va poniendo de frente con las problemas de la condición humana, y cómo es que cada uno se ve enfrentado a sortearla de diferentes maneras. Desde un asesino que, muy a su manera, intenta tener un castigo y que evoca a Crimen y Castigo de Dostoievsky, hasta una mujer encargada de cuidar a sus hijos o un hombre que se ve rodeado de gente "peligrosa" en la cárcel.

Esa realidad mencionada, nos plantea un lugar en donde la globalización y los juegos políticos han causado estragos en la gente, que se ve obligada a enfrentar ese día a día y hacerse fuerte para sobrellevar su vida, al final, la vida misma es reflejada sin condescendencia, no es una cinta en donde el que hace el bien tiene su recompensa y el malo su castigo sin ningún motivo, más allá de eso, quien ha hecho el bien sigue sujeto a todos los riesgos que puede implicar la vida y quien ha hecho mal seguir libre.

La cinta sigue un ritmo pausado, que deja tiempo para la admiración de cada uno de los encuadres, que tienen gran riqueza en la composición de la imagen, los colores empleados y la fotografía, estos tres elementos se conjuntan para dar un resultado visual que se disfrutaría más allá de su historia. Sin embargo, Lav Díaz, el realizador tampoco tiene ningún empacho en presentarnos escenas de gran fuerza visual por cada una de las acciones que se realizan a cuadro.

El diseño sonoro está bien realizado, especialmente cuando se le busca dar mayor fuerza a ciertos elementos que se repiten a lo largo de la historia, como la naturaleza o las situaciones que provocan en los personajes ciertos momentos de crisis o reflexión.

Norte, el fin de la historia, es una cinta que tienen una narrativa fácil de seguir, si bien su duración podría hacer que se dude en verla, es cierto que conforme el espectador se va adentrando en ella va encontrando agradables sorpresas que lo dejarán con un excelente sabor de boca.

Norte, el fin de la historia, Lav Díaz, Filipnas, 2013, 250 min. Con: Sid Lucero, Angeli Bayani, Archie Alemania.


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