viernes, 29 de julio de 2016

Levantamuertos. Un amigo para enfrentar a la muerte.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Burlarse de la muerte ha sido una característica con la que nació México como nación. Ejemplos en la cultura popular abundan y una tras otra vuelven a aparecer manifestaciones que tienen a la muerte o a sus representaciones como protagonista. Levantamuertos, aún tomando la temática a distancia, la utiliza como pretexto para contarnos una historia entretenida y divertida, de un humor que no abunda en el cine mexicano.

Iván (Daniel Galo) trabaja en el SEMEFO, su labor consiste en recolectar los cadáveres producto de accidentes en la vía pública, a pesar de que su trabajo no le implica gran cosa no está tan convencido de que su rutina lo llene. Las cosas cambiarán cuando conozca a Rosa (Sofía Félix) una amiga de su hermano muerto a la que le gusta el sexo salvaje, también cuando por azares del destino se encuentre con "El Homie", un cerdito que se convertirá en su compañía y mejor amigo.

Las situaciones por las que atravesará desde ese momento lo llevarán a superar los fantasmas que la muerte de su hermano le han dejado al mismo tiempo que decidirá tomar una decisión con respecto a su trabajo.

Levantamuertos es una cinta que va de menos a más. El guión inicia enfrentando algunos problemas, especialmente en los diálogos que se sienten un poco forzados o en ocasiones no tienen relación entre sí, sin embargo, una vez que ese problema es superado, toma un ritmo interesante pues los diálogos comienzan a tener mayor verosimilitud.

Posterior a los primeros momentos en donde se asoman los rasgos de la comedia, la inclusión del cerdito como pieza importante o "motivador" en la historia le dará un leve giro al protagonista, se puede mencionar que es un gran acierto la utilización de este animal pues probablemente de haber sido cualquier otra mascota la cinta no tendría la fuerza que alcanza. Hay también otros personajes que sin tener un papel trascendental en la historia dejan huella en el espectador, quizá se saldrá cantando como lo hace uno de los personajes.

Las actuaciones son buenas, con caras nuevas en el circuito de la cinematografía mexicana, el hecho de ser una producción desarrollada en su totalidad en el norte del país puede influenciar en ello, pero es otro acierto de la cinta. Aunado a esto se cuidó el detalle de que los actores conservaran el acento del lugar en donde se desarrollan las acciones.

La música es otro aspecto que toma gran relevancia durante las acciones y hasta cierto punto refleja lo ecléctico que pueden llegar a ser las ciudades cercanas a la frontera, durante el filme el espectador podrá escuchar música norteña, punk, rock, electrónica, entre otros géneros, la mayoría de las veces emanadas de la misma historia (música diegética) y cuando se la utiliza como acompañamiento a la imagen tiene la virtud de no cansar. El aspecto técnico está bien llevado.

Levantamuertos es una cinta que, después de sus primeros minutos, encuentra elementos que la van llevando a un punto disfrutable, si bien el final llega de golpe (dando la impresión de que no se trabajó mucho en él) la manera en que se llega a él tiene cierta frescura que la convierten en una cinta entretenida y con la suficiente fuerza para quedar grabada en la memoria de quien la vea.

Levantamuertos, Miguel Nuñez, México, 2013, 82 min. Con: Daniel Galo, Sofía Félix, Felipe Tututi.


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