domingo, 17 de julio de 2016

Cuestiones de moral. Matar a un hombre.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Los principios básicos del derecho y de la ciencia política nos enseñan que las leyes o normas que regulan el comportamiento de los ciudadanos se han formulado para permitir la sana convivencia y castigar en su momento a aquellos que infringen las leyes. Matar a un hombre explora en esta premisa básica y pone evidencia la forma en que la justicia se desarrolla en Latinoamérica.

Jorge (Daniel Candia) es un trabajador botánico, vive con su familia en un barrio chileno al que ha llegado una banda de ladrones, comandada por "El Kalule" (Daniel Antivilo), una noche la banda asalta a Jorge al enterarse de la situación, Jorgito su hijo va en busca de los cacos para recuperar lo que le han quitado, las cosas salen de control y termina reciebiendo un disparo. Tras algunos sucesos desconcertantes la justicia encarcela al líder de la banda.

El tiempo pasa, las cosas en la familia han cambiado y El Kalule está suelto de nuevo y busca venganza, sin embargo, Jorge siente la obligación de defender a su familia, así cae en el dilema de esperar a que la justicia del Estado haga su trabajo o tomarla por mano propia.

Esta propuesta chilena nos presenta una realidad que probablemente se repite en varios países cuyas democracias se encuentran en constante construcción y en donde la corrupción y la burocracia se han adueñado de buena parte de los procesos en donde los "servidores públicos" deben trabajar por el bien de los ciudadanos. En México, podemos decirlo, las cosas no son muy diferentes.

La cinta, basada en hechos reales, es clara en su planteamiento: cómo se desenvuelve alguien frente a un aparato legislativo que impone más obstáculos que a los que soluciona. De esta forma, comienza a reflexionar sobre la moral y la consciencia, se reflejan también influencias de la literatura, específicamente "Crimen y Castigo" de Fiodor Dostoyevski y el planteamiento que hacía la novela sobre un crimen perfecto.

Los personajes están bien estructurados, por un lado Jorge, un diabético introvertido, tranquilo y que en apariencia peca de pasivo, y por el otro "EKalule", hombre fuerte, alto y con un carácter que lo ayuda a controlar al grupo de bandidos sin problema, la historia va planteando algunas sorpresas en la forma en que se desenvuelven ambos personajes, sin embargo, en la sucesión de hechos comienza a caer en la inverosimilitud (la manera en que secuestran a uno de ellos es el más claro ejemplo de ello). Las situaciones que se dan durante el transcurso de la cinta se sienten carentes de credibilidad. Las actuaciones, en contraste están bien desarrolladas, cada personaje entiende lo que debe aportar. El resto del reparto está bien elegido, Marta (Alejandra Yáñez) la esposa de Jorge en su personaje contrasta en buena forma con la imagen mostrada por su esposo, lo cual profundiza más la psicología del personaje principal.

La fotografía es lóbrega en su mayoría, afín a la psicología de Jorge, se aprovechan todos los recursos de los que se dispone, en los encuadres desarrollados en la calle por la noche se utiliza la luz del propio lugar, dando mayor realismo a los escenarios. El ritmo de la cinta es lento, el cual nuevamente concuerda con la forma de ser del personaje principal, se apoya en gran medida de planos secuencia, algunos de ellos dan la sensación de no aportar gran cosa a la estética de la película, pues son seguimientos sobre el personaje, otros más están muy bien logrados (destaca nuevamente la escena del secuestro), al mismo tiempo se tienen planos largos, complementando la idea de contar de manera pausada la historia.

Se incluye música que lleva gran intención, pues se usa para, de alguna forma, ponernos en la mente del personaje principal pues tiene el efecto de desconcertar en los momentos de crisis.

Matar a un hombre es una cinta que parte de una de tantas problemáticas estructurales de las que adolescen los países latinoamericanos para llevar a una reflexión sobre la moral y la ética, si bien tiene momentos con poca verosimilitud, tiene sus virtudes en la cuestión estética, la manera en que plantea a los personajes y cómo se cuenta la historia. 

Matar a un hombre, Alejandro Fernández Almendras, Chile, 2014, 82 misn. Con: Daniel Candia, Daniel Antivilo, Alejandra Yáñez, et. al.


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