Por: Manuel Hernández-Samperio.
Las idea del espíritu, la vida después de la vida o los encuentros del plano espiritual con el plano terrenal han sido, sin duda, una característica inmanente a las sociedades, las cuales han desarrollado la idea de la existencia de los dioses, de las reencarnaciones o en casos más extremos posesiones, etc. Cementerio de esplendor es una película que retoma estas obsesiones y hace de ellas una historia interesante.
Jen (Jenjira Pongpas) es una mujer que llega de voluntaria a un hospital improvisado dentro de una escuela y que próximamente será demolida para dar paso a un nuevo edificio. Los pacientes son soldados que se encuentran en sueños profundos, de los cuales difícilmente despertarán, Jen se encarga de cuidar a Itt (Banlop Lomnoi) con quien comienza a tener cierta simpatía.
El soldado despierta en algunas ocasiones y en periodos muy cortos, sin embargo, su destino parece estar predeterminado a hacerlo pasar el resto de sus días en la cama del hospital-escuela, poco a poco y gracias a las revelaciones de una vidente y apariciones que rayan en la fantasía nos enteraremos del misterio que guarda ese lugar.

Con una propuesta cuyo ritmo lento puede hacer pensar que no sucede nada, se van desenmarañando una sucesión de eventos que van creando una especie de mundo paralelo a través de los sueños, o en otra forma de interpretarlo, distintos planos de la realidad se van entretejiendo y desenvolviendo de forma sutil, casi poética, el plano onírico, las creencias religioso-espirituales y el presente.
Los planos son largos y hay muy poca acción a cuadro, lo cual puede volver un tanto pesada la cinta, en buena medida la fuerza del filme se basa en los diálogos y en las creencias de los personajes (parte importante para que el mundo metafísico se devele) gracias a estos pequeños trozos de información se van planteando la situación, desarrollándola y dándole fuerza.
Las actuaciones son buenas, en específico Jen, la protagonista, hace una buena interpretación, aunque también hay que mencionar que la naturaleza del filme no exige un trabajo extenuante a los actores, este personaje, quien funge como el eje gracias al cual se va desarrollando la historia tiene también algunas "obsesiones" que reflejan la vanidad cuasi general de las mujeres que deviene en momentos de comedia que por parecer involuntarios tienen más poder.

Esta propuesta de Apitchapong presenta un mundo en donde lo onírico y las creencias sobre la existencia de los espíritus tienen gran presencia, la cinta necesita de paciencia pues los planos largos y el ritmo lento la hacen un poco pesada, pero conforme se empieza a desentrañar el misterio y se presentan los momentos oníricos la historia del filme va tomando fuerza. El director sigue sorprendiendo con momentos en donde la realidad se confunde con la fantasía dando buenos resultados.
Cementerio de esplendor, Apichatpong Weerasethakul, Tailandia-Reino Unido-Francia-Alemania-Malasia, 2015, 122 min con: Jenjiras Pongpas Widner, Banlop Lomnoi, Jarinpattra Rueangram.
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