domingo, 20 de marzo de 2016

Un viaje a la China imperial. La Asesina.

Por: Manuel Hernández.

A menos de que seamos expertos en historia oriental, poco o nada conocemos de la China imperial, autoexiliada durante varios siglos gracias a su muralla. Poco sabemos sobre sus formas de gobierno o de cómo era la vida en sociedad.


La Asesina, el más reciente filme de Hou Hsiao-hsien nos lleva hasta el siglo IX, en donde Nie Yin Niang, la hija de un general importante en el desarrollo de la vida de su comunidad es entrenada por una monja que la convertirá en experta en artes marciales, pero con la peculiaridad de que sus habilidades son utilizadas para matar a la gente que de acuerdo al criterio de la monja no merece vivir. Las cosas van bien hasta que un día falla en una misión debido a sus sentimientos. Para forjar su carácter la monja decide enviarla de nuevo a su lugar de origen y encomendarle como tarea matar a alguien cercano a ella. Estando de regreso se encontrará con diferentes historias, q van de lo místico a sus antepasados y tendrá que enfrentar lo que anteriormente le falló: sus sentimientos.

Podemos dividir la crítica en dos, por un lado se encontraría lo estético y por el otro la historia. Los primeros planos en donde nos cuenta la situación de Nie Yin Niang y la forma en que trabaja, están hechos en blanco y negro con un uso de cámara lenta que descubre algunos detalles de los momentos de acción (que contrastarán con la parte a color). Es un acierto el cambio a color cuando comienza la nueva aventura (el regreso a su pueblo), no sólo porque permite reconocer una elipsis temporal sino porque el color le dará vida a una fotografía excepcional, apoyada por la ambientación y los vestuarios; la fotografía se inclina hacia los colores cálidos, dando como resultado un deleite visual digno de cualquier obra de arte pictórica, es como ver cuadros con vida.

Los movimientos de la cámara lentos, tenues, hacen que esta fotografía luzca, en varias ocasiones por encima de las acciones. En el tema de la dirección de cámara, nos encontramos ante un director que sabe llevar muy bien los ritmos, si bien en la mayor parte del tiempo éste es lento, también cuando es necesario sabe valerse de movimientos rápidos, apoyado por la edición en aras de mejorar el aspecto narrativo, son los momentos de acciones los mejores ejemplos de esto.

El diseño sonoro también está bien realizado, gracias a él, el espectador queda envuelto en la acción debido a que en varias ocasiones los sonidos lo rodean, es un buen juego con las acciones que suceden en fuera-campo. La música que lo apoya es completamente diegética, es decir, no existe si no está justificada dentro de la historia o si no vemos a alguien interpretándola.

Ahora bien, ya hemos analizado algunas de las cualidades que llevaron a Hsiao-Hsien a ganar el premio a mejor director en Cannes, sin embargo, es necesario también analizar aquello que se está contando, es aquí en donde nos encontramos ante un filme un tanto complicado de seguir, en muchas ocasiones no sucede absolutamente nada o casi nada a cuadro. Se nos platican algunas historias de los antepasados lo cual podría ayudar a deducir el sentir o la situación de la protagonista, pero la trama, por momentos da saltos tan largos que es fácil perderse.Si bien, dijimos que el ritmo lento o semi-lento ayuda a apreciar la fotografía y composición, es un arma que juega también en su contra, pues fácilmente hay momentos que pueden llevar al tedio o al aburrimiento al darnos cuenta de que, como mencionamos antes, no sucede gran cosa a cuadro.

La situación social del momento que retrata nos muestra algunos de los avances que tenían en la organización política, valiéndose de asambleas (o consejos) que permitían tomar las decisiones bélicas de cada poblado; las sociedades tenían sus momentos de convulsión provocados por sus líderes, algo que se asoma ligeramente al analizar la trama, queda de manifiesto que el honor era una parte importante en la base de la sociedad.

En conclusión, La Asesina es una película para ser vista con la calma con que se observa una pintura, es la cuestión contemplativa, la que le develará al espectador más, mucho más que la misma trama, es un deleite visual, luce el aspecto artístico-estético pero se enfrenta con algunos tropiezos en aquello que se narra. Se recomienda paciencia.

La Asesina de Hou Hsiao-Hsien, China-Taiwan-Hong Kong, 2015, 105 min. Con: Shu Qi, Chang Chen, Satoshi Tsumabuk, et. al. 



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