La soledad del ser humano muchas veces lo lleva a soportar personas que lejos de beneficiarlos o mantenerlos estables terminan por ser el punto que detona problemas o la misma destrucción, pero más allá de alejarse se insiste e insiste en seguir ahí.
Amor mío, la más reciente propuesta de Maïwenn se encamina por ese tenor. Tony (Emmanuelle Bercot) es una abogada que sufre un accidente de esquí por el cual se verá obligada a seguir una rehabilitación de cinco semanas aislada en un hospital, estando ahí, comienza a rememorar la historia que ha vivido al lado de Georgio (Vincent Cassel), su ahora ex-marido, en un relato que va desde el momento en que se conocieron en un antro hasta donde terminaron por separarse.
Paralelo a su recuperación, mientras conoce nuevos amigos, se va convenciendo (o no) de que las decisiones que han marcado su vida han sido de acuerdo a lo que en su momento pensó eran lo mejor para ella.
Este filme, como se ha mencionado nos plantea la historia de amor-odio que estos personajes irán viviendo a lo largo de su relación. El guión es una de las características más fuertes que tiene esta película, comienza por plantearnos a un personaje con actitudes machistas que sabe ocultarlas bajo el pretexto de que sus ofensas son parte de una broma y el buen humor que lo caracteriza, dicho sea de paso lo tiene y en un principio realmente conecta con sus buenos chistes, pero gradualmente irá revelando su verdadero yo.
El papel de Tony nos presenta a una mujer con gran éxito profesional, pero insegura después de haber fracasado en una relación anterior, por lo cual al encontrar a su nuevo novio lo idealiza y no racionaliza sus conductas. La rehabilitación y la manera en que se recupera podría quizá ser una alegoría de cómo es que se ha ido reponiendo a la situación que vivió al lado de Gerogio, y conforme su pierna va ganando más fuerza algo en su interior también la va levantando.
Las actuaciones son magistrales, especialmente la de Bercot, en ella recae la historia y es excelente en reflejar a una mujer fuerte que comienza a desmoronarse, el papel le plantea diferentes retos, pues el abanico de emociones que tiene que representar a lo largo de la historia es totalmente opuesto desde la felicidad hasta diferentes crisis emocionales y en todas ellas lo hace de buena forma. Hablando del personaje de Cassel es un papel que hemos visto en diferentes ocasiones y sin embargo, también logra encarnarlo de manera óptima, pero sin llegar lucir como su compañera.
El ritmo que tiene tanto en los movimientos de cámara como en la edición también son de mencionarse, tenemos tomas en constante movimiento (cámara en mano) pero son imperceptibles gracias al buen manejo de la misma y, sobre todo, porque las actuaciones provocan que el espectador esté inmerso en la trama.
Amor mío es una película que refleja una realidad que aqueja no sólo a los países latinoamericanos (en donde el machismo es un problema multimencionado) pues refleja a una sociedad europea. Si bien el discurso es un tanto feminista y por momentos diera la impresión de que la protagonista es sólo una víctima, (y no alguien que tiene en sus manos el poder de cambiar las cosas) no está nada alejado de la realidad, es una película que invita a la reflexión sobre la conducta humana y sobre la educación.
Amor mío de Maiween, Francia, 2015, 124 min. Con: Vincent Cassel, Emmanuelle Bercot, Louis Garrel, et. al.
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