sábado, 26 de marzo de 2016

Readaptarse y volver a empezar. Despegando a la vida.

Por: Manuel Hernández.

El cine islandés ha dado, en los últimos años, buenas producciones que han sido merecedoras a distintos reconocimientos o, en su defecto, han estado invitadas en diferentes festivales a lo largo del mundo. Despegando a la vida es el ejemplo más reciente de ellos.

Ari, un adolescente, que ha vivido hñem compañía de su madre durante los últimos años es obligado a viajar a su pueblo natal, en donde reside su padre. La relación con él se ha visto entorpecida por la distancia física y por las personalidades de cada uno. A su llegada, Ari se encuentra con un padre distante, alcohólico y a quien poco le importa la vida de su hijo, pero ya le consiguió un empleo. La abuela, madre de padre, gracias a su espíritu maternalista será la encargada de regular fuerzas para que ambos se lleven más o menos bien. Además, Ari comienza a reencontrarse con sus viejos amigos.

De esta forma, seguiremos al protagonista en el proceso de re-adaptación a su nuevo hogar y a superar algunos de los obstáculos q las circunstancias le impondrán.

La historia planteada busca adentrarse en el paso previo a la juventud, ese momento de la vida en que el ser humano comienza a experimentar diversos cambios, tanto en la forma de ver el mundo como en lo q se denomina como despertar sexual. Pero al protagonista se le añade la
problemática que además de eso tendrá que abandonar su zona de confort para adaptarse a una vida con un padre que se niega a tomar su rol como tal y prefiere huir de sus responsabilidades.

El filme nos propone con esto, un análisis a la sociedad en donde se desarrolla su trama, en donde vemos cómo está visto el papel del género masculino y su inserción en la sociedad, desde su papel como proveedor hasta demostrar su "hombría" a partir de las relaciones sexuales.

Los personajes están bien estructurados, en cuanto al padre y el hijo cada uno tiene su rol definido y habrá momentos en los que resultarán antagónicos. La figura de la abuela que funciona como una especie de mediadora tiene buen carácter, incluso hay momentos en que su presencia se siente fundamental para que los otros dos no acaben mal. En cuanto a las interpretaciones, son buenas, aunque por momentos no da la impresión de que sean exigidos más allá de lo que su personaje pide. El giro que da la trama hacia la recta final es desconcertante y encamina hacia
dos opciones posibles que el espectador deberá elegir: el cambio o el hundimiento total de los personajes.

La fotografía que es un sello característico de esta región del mundo se inclina hacia tonalidades blancas provocadas por la cuasi permanente neblina del lugar lo cual aunado a los paisajes (elemento igualmente bien explotado) terminan por aportar al aspecto visual del producto.

La música es un elemento relevante en la historia, es una característica de Ari, sin embargo, por momentos alenta la narrariva y junto con algunas tomas largas terminan por romper el ritmo que ya ha alcanzado, provocando un poco de tedio en esos momentos.

En general, Despegando a la vida es una película que realiza un acercamiento a la vida de los adolescentes islandeses en la etapa en la que se tienen tantas dudas, gracias a ella nos damos cuenta de que su realidad no está tan alejada de la nuestra y que ya sea en el norte o en el sur, existen problemas que nos aquejan por igual.

Despegando a la vida de Rúnar Rúnarsson, Islandia-Dinamarca-Croacia, 2015, 99 min. Con: Atli Óskar Fjalarsson, Ingvar Eggert Sigutosson, Kristbjorg Kjeld, et. al.



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