martes, 23 de febrero de 2016

La fuerza de la palabra. Historias de dos que soñaron.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Cuando el cine traspasó el tiempo, dejando de ser un invento meramente científico y comenzó a popularizarse, una de las principales curiosidades que surgieron fue la de crear y contar historias, desde los pequeños cortos de los hermanos Lumiere hasta nuestros días se ha mantenido esa tradición y se ha dado lugar a la exploración y experimentación en la forma en que se presentan. 

Historias de dos que soñaron, es un ejercicio fílmico muy peculiar. Sandorné y Sandor son dos gitanos refugiados en Canadá que platican diferentes relatos sobre la vida que han llevado, algunas anécdotas de la gente que han conocido en su peregrinar y sobre todo, la premisa de una película en la que participarán y que ellos mismos han ayudado a escribir: un niño, llamado Alex amanece, al puro estilo kafkiano, con un pico en lugar de su boca, provocando una pequeña revolución en su casa y ante la sociedad.

La películacodirección de Nicolás Pereda y Andrea Bussman, se presenta como una especie de collage en donde aparentemente las historias no tienen una relación entre sí, es más ni siquiera son historias que se muestren a cuadro, y sin embargo, aquí es donde radica la fuerza de la película, pues deja a la imaginación de quien está viendo el proceso de recreación y el llenado de intersticios. 

La edición es interesante, acompañada de un guión que deambula entre la ficción el documental, lo que bien podría parecer una ficción es transgredido cuando, en una genialidad se incluye un diálogo que no sólo rompe con las características del género ficticio, sino que también lo hace con el hilo de la historia y hace partícipe una vez más al espectador. 

Filmada en blanco y negro, cuenta con una buena fotografía y las actuaciones, en la medida de lo solicitado son buenas.   

Historias de dos que soñaron es una película que deja una sensación extraña al salir de la sala, pues (entre otras cosas) cuenta una historia que aparentemente será, que a cuadro no llega a ser y sin embargo es. Basa y tiene su fuerza no en lo que se ve, sino en todo aquello que puede llegar a ser en la mente del espectador, es ahí en donde la historia se lleva a cabo. 

Historias de dos que soñaron de Nicolás Pereda y Andrea Bussmann, México-Canadá, 2016, 85 min. Con: Sandorné Laska, Sandor Laska, Alexander Laska, et. al. 


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