domingo, 8 de noviembre de 2015

Tocar fondo en la cumbre. Saint Lurent

Por: Manuel Hernández-Samperio

Dirigida por Bertrand Bonello, el largometraje Saint Laurent se centra en un fragmento de la vida del famoso diseñador francés Yves Saint Laurent, para ser más precisos de 1967 a 1976 y posteriormente en la época actual. La historia trata de fungir como una retrospectiva reflexiva a lo que fue el ascenso y consagración de la marca a través del talento de este personaje. 

Durante el recorrido por estos años se retoman los episodios en los que el diseñador se ve en problemas de adicción, los episodios en donde se encuentra con un amante y va hasta el momento cumbre, según las palabras del protagonista, en que salió a la venta su mejor colección, influenciada por su estancia y crecimiento en África, motivo que da inicio al recuento de la historia. 

La película es un tanto difícil de ver, los 150 minutos de duración acontecen de manera muy pasiva, tanto que ronda en lo aburrido. La historia en la que se quieren plantear como tema principal las adicciones es presentada sin sobresaltos, sin puntos de tensión o algún momento cumbre en donde la inminente degradación del personaje provoque en el espectador alguna sensación de suspenso o emoción, quizá la única escena que va en este tenor es aquella que termina con la muerte de su mascota, pero fuera de eso no hay más. La transición de 1976 a la época actual es tan abrupta que puede ocasionar algunos problemas o romper con el hilo de la historia. 

El ritmo lento se complementa con la edición y con los movimientos de cámara, pues al ser tan sutiles no hacen sobresaltar al espectador por este medio. Sin embargo, no todo es malo, la película tiene una buena ambientanción o arte en donde se logra llevar a quien la observa a la época en que se desarrolla la historia, el color rojo es predominante y por momentos la misma iluminación con este color como principal fuente es buena, se logra cierta intención a partir de ella.

Las actuaciones son otro punto en favor del filme, pues todos los personajes están bien interpretados, el trabajo de Gaspard Ulliel muestra a un diseñador soberbio y ególatra que, por esta misma circunstancia no logra conectar con el espectador, lo cual refleja que está bien metido en su papel.

La música, que acompaña en algunos momentos específicos de la historia está bien empleada, sugieren una combinación entre ritmos contemporáneos y la presencia constante de Maria Callas. Además de algunos guiños hacia la historia del cine francés a través de inserciones o de la aparición de algunas cintas a través de la pantalla de televisión.

La película, como un todo, presenta una trama lenta y parece no dirigirse hacia un fin en específico, por momentos se siente que queda más en la anécdota de la vida del protagonista que por proponer un cuadro dramático más elaborado que la haga más interesante o que propicie que la duración del filme se vaya sin darse cuenta.

Saint Laurent de Bertrand Bonello, Francia-Bélgica, 2014, 150 min. Con Gaspard Ulliel, Jérémie Renier, Louise Garrel, et. al.


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