viernes, 6 de noviembre de 2015

La obligación de prostituirse. Las elegidas


Por: Manuel Hernández Samperio

La temática de la trata de blancas, multimencionada en México, pero muy pocas veces abordada y mucho menos atacada por las autoridades es precisamente el punto central de Las Elegidas, segundo largometraje de David Pablos. 

La historia situada en Tijuana se centra en dos personajes que tienen una relación sentimental: Ulises y Sofía. Ella no se imagina que la familia de él se dedica a prostituir jóvenes; él no se imagina que su novia terminará trabajando para el negocio. Lo que motivará el punto climático será un acuerdo que ha logrado con su padre en donde él tendrá que sacrificar algunas cosas para rescatar a Sofía. Así, el espectador se adentrará en este mundo y se encontrará con una especie de “manual” para conquistar mujeres y hacer que lo necesiten. 

Con un uso de la cámara que marca un ritmo pausado, Pablos va contando una historia que por su naturaleza puede resultar desgarradora y sin embargo, gracias a los recursos utilizados se hace más digerible. Contrario a lo que podría esperarse, la decisión de no (o casi no) mostrar escenas de sexo parece bastante acertada, tomando en cuenta que el personaje tiene sólo 14 años, y la manera, hasta cierto punto metafórica, de resolverlo complementa esa serie de aciertos. 

El guión está también bien desarrollado, y echa mano de otro tipo de recursos como la multipantalla para hacer que la historia vaya avanzando y lo logra de manera óptima. La casi ausencia de música termina siendo acertiva, ya que no se siente necesaria dentro de la historia que se está contando, se apela a lo que se cuenta, que de por sí tiene ya bastante peso emotivo.

Aunado a lo anterior, la utilización de actores que no son profesionales, característica que se ha hecho una constante en el cine independiente, en este caso termina siendo relevante, pues a pesar de su poca experiencia ante una cámara, esta situación no se nota, lo que lo convierte en un punto a favor de la dirección.

En su conjunto, Las elegidas es un filme desgarrador y por momentos cruel, pues conforme se va comparando con la realidad encontramos que hay mucho de ella y que incluso, aunque suena a frase trillada, la realidad ha superado en varias ocasiones a la ficción, sin duda esta película debe verse para tener un planteamiento más respecto al tema de la trata de blancas, que ha aquejado a nuestro país desde hace muchos y que aunado a las cada vez más constantes agresiones a mujeres parece tener una solución todavía muy lejana. Además, en comparación con su primer largometraje, La vida después, el director muestra un avance en el tratamiento de ritmos y el uso de planos, entre otros elementos.

Las Elegidas de David Pablos, México-Francia, 2015, 105 min. Con Nancy Talamantes, Óscar Torres, Leidi Gutiérrez et. al. 


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