viernes, 27 de noviembre de 2015

La de los ojos abiertos. No todo es vigilia

Por: Manuel Hernández

Alguna vez alguien me comentó que sospechaba que los viejos llegan a una edad en la que no duermen, como si necesitaran aprovechar cada momento del día y la noche. Esta premisa envuelve dos de los elementos de este documental. 

Nominado a los premios Fenix de 2015 dentro de la categoría de largometraje documental, este trabajo puede hacer que salgas preguntándote cuál es la línea que separa la ficción de lo real, pues fluctua entre los dos géneros siendo un buen reflejo de hacia dónde van las corrientes del cine documental contemporáneo (cada vez es más frecuente encontrar documentales en donde hay una buena parte de montaje realizado especialmente para ser filmado). 

La premisa es simple, una pareja de ancianos se enfrentan juntos a la vida ambos saben que dependen uno del otro para poder tener estabilidad, un día uno se enferma y posiblemente la cosas no vuelvan a ser como antes. Al ser dado de alta aparece cierto temor en la pareja pues podría ser que finalmente tengan que ser relegados a un asilo o a un lugar en donde alguien más cuide de ellos. El resto es la manera en que ellos enfrentan esta realidad. 
No todo es vigilia
La película, hay que advertirlo, puede llegar a ser un poco pesada, debido a que en buena medida sigue la corriente que se ha instaurado en los últimos 20 años en donde se realizan películas "contemplativas" en donde imperan los planos largos y los pocos o nulos movimientos de la cámara, en el caso de este documental tienen una justificación: siguen los movimientos de los personajes quienes, sobra decirlo, se mueven con sumo cuidado y lo hacen de forma lenta. 

La edición logra imprimirle ritmo a la película, un ritmo lento, pero que provoca que el espectador fije su atención no sólo en lo que sucede, sino también en las atmósferas que rodean a los personajes, la fotografía son excepcionales con un buen uso de la iluminaci´pon, pero también destaca el uso que hace de la oscuridad o de los espacios sombríos, metáfora que podría referir a los anocheceres en este caso de la vida. 

La composición de los encuadres también son destacados y las situaciones en las que se ven envueltos los personajes pueden llegar a ser muy divertidas, es un hecho que más de una persona que haya tenido la oportunidad de convivir con gente mayor, se sentirá identificado con las acciones y la manera en que las enfrentan. El director no tiene reparo en utilizar las anécdotas para hacer a través de ella el montaje para su documental. Razón por la cual fluctúa entre la ficción y el documental. 
No todo es vigilia
Como documental podrá no poner en tela de jucio ningún problema social o alguna historia "relevante", como ficción y obra fílmica invita a la reflexión respecto a la vida, en donde la historia personal es lo más relevante. El encuadre final es bello. 

No Todo es vigilia de Hermes Paralluelo. España-Colombia, 2014, 98 min. Con Felisa Lou y Antonio Paralluelo.


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