viernes, 28 de septiembre de 2018

Nuestro tiempo. El poliamor nos condena a una muerte.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

El ser humano, durante su evolución se ha visto obligado a adoptar diferentes conductas y reglas porque de otra forma no habría podido garantizar su convivencia con los demás y con ello, no habría asegurado su supervivencia. Una de ellas es la monogamia, que en su momento obligó al ser humano a permanecer con una sola pareja. Sin embargo, constantemente podemos ver que esta condición es difícil de llevar a cabo. Nuestro tiempo, la más reciente película de Carlos Reygadas, emplea esta situación para contarnos su historia.

Juan Díaz (Carlos Reygadas) es un escritor reconocido mundialmente, pero tiene otra pasión: cuidar y cultivar ganado de lidia, estar al frente del rancho del que es propietario le demanda tiempo y le obliga a permanecer por largas jornadas en el lugar. Esther (Natalia López), su esposa, le apoya con la administración del lugar, aunque se tiene que ausentar con frecuencia a la ciudad para atender toda índole de negocios.

La vida del matrimonio y la tranquilidad de la familia se verá alterada cuando Juan descubra que su esposa mantiene una relación en secreto con Phil (Phil Burgers) un arrendador al que ha conocido. Esto provocará una serie de desencantos, manías, filias y peleas que podrían llevar a la pareja a nada bueno.

El filme de Reygadas es una introspección y exploración a las relaciones matrimoniales, apelando en ellas a un término que ha surgido en los últimos años: el poliamor, en el que se sostiene que una persona puede ser capaz de amar a más de una pareja. Partiendo de esto encontramos a una pareja que (conforme avanza la trama nos damos cuenta) siempre se ha permitido tener cierta libertad en el aspecto sexual, pero que sin darse cuenta, esta forma de amar fue fragmentando la relación que tenían ellos. Así es como se va desarrollando la personalidad de cada personaje, por un lado una mujer que ha entendido el juego del marido y se ha vuelto muy poco aprehensiva y por otro lado, el esposo que con el tiempo parece haberse endurecido, volviéndose más controlador, celoso y posesivo.
 
Partiendo de esta premisa, el guión nos propone una historia que busca alimentarse de las situaciones humanas y en este aspecto la propuesta es relevante, sin embargo, poco a poco cae en un círculo repetitivo, que no logra instaurarse definitivamente en cada uno de los personajes, vemos constantemente a una pareja que no logra resolver nada, en donde el marido indaga, cela, pero no actúa, en donde aparecen viajes que alargan la trama sin aportar gran cosa. 

En este aspecto es curioso encontrar al propio Reygadas protagonizando su película (aunque había hecho apariciones breves como en Japón) quien no hace un mal papel, aunque por momentos se muestra un tanto inexpresivo y su sonsonete puede llegar a comprometer la verosimilitud del personaje, pues no siempre los rancheros hablan de la forma en que lo hace. Natalia López, quien también es su esposa en la vida real, hace un papel destacado, pasando por una serie de crisis y reflejándolas bastante bien.

En el aspecto técnico podemos ver que hay algunos cambios en el estilo del director, pues ya no se emplean de manera tan constante los planos largos, en donde había pocos movimientos, tanto de la cámara como a cuadro, este cambio también le da ritmo al filme, logrando que las tres horas de duración no se vuelvan tediosas. Por otro lado, la fotografía sigue siendo uno de los fuertes del director, pues sabe aprovechar cada uno de los escenarios en donde se desenvuelve la acción, en especial los escenarios naturales en donde se logran bellas postales.

Hay un uso del sonido que le aporta cuestiones interesantes a la trama, en muchas ocasiones nos evita el tener que hacer intercortes cuando hay una llamada telefónica, por ejemplo, o hace avanzar la trama sin la necesidad de enfocar a ninguno de los personajes, una repentina voz en off de una niña, que nos plantea los sentimientos de cada personaje puede llegar a ser un arma de doble filo, pues si bien ayuda a explicar algunas cosas también puede chocar con la trama que se lleva. Encontramos también el uso de metáforas con los toros de lidia, en donde los vemos pelear y es imposible no comparar con lo que ha pasado a los personajes, en donde uno se ha vuelto cornudo y pretende pelear por y con su esposa.

Nuestro tiempo es un filme que busca explorar en la naturaleza humana, en la manera en que desarrollamos las relaciones interpersonales y en cómo una pareja aparentemente liberal entra en una crisis de la que les resulta difícil salir. Sin embargo, casi de manera natural (derivado del guión) se da un desgaste en la trama, en donde se cae en un laberinto en que no hay una salida clara, en donde el personaje principal parece regodearse en su dolor antes de buscar una solución y alargando de más algo que podría resolverse mucho antes. Estéticamente tiene belleza, pero la trama ocupa muchos elementos que están de más para contarnos la historia central.

Nuestro Tiempo, Carlos Reygadas, México-Francia-Dinamarca-Alemania-Suecia, 2018, 173 mins. Con: Carlos Reygadas, Natalia López, Rut Reygadas, et. al.

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