domingo, 29 de julio de 2018

Velvet y El último romántico. Cortometrajes del CCC en GIFF.


Por: Manuel Hernández-Samperio.


Velvet. Primer amor que hace alucinar.

La adolescencia es la etapa de la vida en donde ocurren diferentes situaciones que van marcando la vida de cada persona: el despertar sexual, el primer amor, la consolidación de amigos y el fijarse metas para el resto de la vida. También es un hecho que en la actualidad diferentes circunstancias han provocado que las nuevas generaciones crezcan en solitario y experimenten lo antes mencionado en la búsqueda de compañías. En este contexto Velvet nos narra una historia interesante.

Ale (Antonia Sánchez) es una joven introvertida que tiene en Rubén (Sebastián Aguirre) al que es probablemente su único amigo. Cuando en la escuela les encarguen hacer un trabajo sobre Velvet, un cometa que pasará cerca de la Tierra, Ale quien buscará trabajar con su amigo tendrá que enfrentarse con cierto alejamiento por parte de él, llegando incluso, en el momento de la entrega del trabajo a enfrentarse con una realidad que ella no esperaba después de que su amistad provenía de mucho tiempo atrás.

Esta propuesta de Paula Hopf (a quien conocimos por La casa de los lúpulos) nos presenta una historia en donde el amor y la soledad son los principales ingredientes. Encontramos que Ale es una joven a la que le cuesta trabajo relacionarse, esta situación es bien aprovechada en la historia para desarrollar un problema psicológico que le da un giro rotundo al final, el cual complementa en buena forma al guión.

Si bien la historia es en apariencia sencilla: un par de jóvenes que tienen por objeto hacer un registro documental sobre el paso de un cometa, la cinta tiene diferentes elementos que le van aportando: el primero de ellos es el final inesperado que ya hemos mencionado, por otra parte tenemos la atmósfera lograda gracias a la fotografía en la cual siempre se tiende a los colores fríos, el azul en específico, lo cual ayuda a incrementar el aire nostálgico y de soledad que atraviesa la protagonista, en este aspecto, se pueden mencionar un muy buen uso de la iluminación.

Por otra parte tenemos las actuaciones, si bien hay pocos diálogos y poca interacción verbal entre los personajes, ambos logran reflejar en buena forma la soledad y el complemento que encuentran en el otro. El ritmo de la cinta es un elemento más, en donde hay se toma el tiempo necesario para presentar la relación que tienen los protagonistas, si bien el ritmo se siente lento se debe destacar que en todo momento está sucediendo algo a cuadro que permite al espectador recibir información y determinar la importancia que tiene uno en la vida del otro. Esto se complementa con el uso de la música, la cual viene a apoyar en las atmósferas que se han creado alrededor de los personajes.

Velvet es sin duda una propuesta que tiene diferentes elementos que complementan a una historia en apariencia sencilla. Con buenas actuaciones y una atmósfera que en todo momento lleva al espectador al mundo de sus personajes en donde la soledad siempre se siente presente. Una cinta que, además, logra sorprender al espectador con un final inesperado.

Velvet, Paula Hopf, México, 2018, 15 mins Con: Antonia Sánchez,Sebastián Aguirre, et. al.


El último romántico. El joven y su circunstancia.

Una de las premisas de Ortega y Gasset quizá más citadas de su pensamiento filosófico es "Yo soy yo y mi circunstancia", en un sentido esta frase se refiere a las situaciones por las que atraviesa cada persona y la obligación que tiene para reaccionar y actuar con respecto a ellas, de manera que pueda encontrar una solución o la forma en que pueda salvar lo que atraviesa. En el caso de El último romántico tenemos una situación parecida.

Héctor es un joven introvertido que mes a mes se esfuerza por ser reconocido en el boliche donde trabaja como el mejor empleado del lugar, algo que le resulta sencillo ya que sus compañeros son desobligados e irresponsables. Entre ellos se encuentra Magda, la compañera de la que está enamorado. Algunos cambios en la administración lo dejarán como el jefe de la sucursal y con ello él se siente con el valor de hablarle a la mujer de sus sueños, sin embargo, las cosas parecen no sonreirle siempre y casi por casualidad se dará cuenta de que su trabajo y sus compañeros no son lo que en realidad son.

El filme dirigido por Natalia García Agraz es una propuesta en donde se mezclan diferentes aspectos de una juventud que en apariencia no logra tomarse la vida en serio. El guión nos plantea una combinación ente la historia de Héctor y algunas fantasías derivadas de su lectura de El complot mongol de Rafael Bernal, lo cual nos deja ver que de alguna manera es la guía en la vida de Héctor.

Esta combinación nos da como resultado una edición bastante interesante en donde se deambula de una historia a la otra de buena forma, en donde además la cinta alcanza un buen ritmo a partir de la serie de cortes que se proponen.

Por otra parte tenemos que hay buenas actuaciones, aunque en este caso el contar con Enrique Arreola (actor más que probado), termina por hacer que se vean ciertos altibajos con el resto de los actores, quienes dentro de esta circunstancia realizan un buen trabajo.

El último romántico es una historia que nos lleva a un proceso de liberación por parte de un personaje que ha sido sometido (muchas veces sin darse cuenta) por todo el contexto. Nos muestra una parte interesante de la juventud que se toma situaciones como el futuro de manera laxa y a la que poca importancia le da. El combinar con cierta adaptación de El complot mongol termina por justificar la historia y y agregarle algunos puntos en el diseño de arte.

El último romántico, Natalia García Agraz, México, 2018, 13 mins. Con: Ulises Galván Enrique Arreola, Lorea Montemayor, et al.

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