Por: Manuel Hernández-Samperio.
En la vida el amor es algo que puede llegar en el momento menos esperado y desde un lugar que no podría pensarse, la gente puede ir por la vida negando las cosas que le gustan pero al final siempre salen a relucir por alguna razón. Mixed Doubles es una cinta en donde el romance, la comedia y los deportes se van mezclando para darle paso a una historia que bien puede demostrar las premisas que ya hemos mencionado.
Tamako Tomita es una joven cuya niñez se vio marcada por su madre, una mujer que la entrenaba para jugar al tenis de mesa con la esperanza de que algún día se convierta en la mejor jugadora del mundo. Sin embargo, Tamako no está convencida y cuando su madre muere puede liberarse de la presión de jugar y encaminarse a tener una vida tan normal como lo haría cualquier otra persona.
Autorelegada a un trabajo de oficina, su historia cambia cuando conoce a la estrella del equipo de su empresa: Akihiko Ajima. Tras algunos acercamientos ella se reusa a aceptar que sabe jugar al tenis de mesa, pero su incipiente relación se verá amenazada cuando Airi Ogasawara aparezca y se convierta en la pareja de juego del novio de Tamako, quien decidirá que tal vez no sea una mala idea volver a jugar a pesar del miedo que su madre le había provocado.
La cinta de Junichi Ishikawa es una bien comedia romántica que está bien llevada y que resulta un tanto diferente por llevarnos a un mundo poco conocido en nuestro país como es el tenis de mesa. Si bien en ella se echa mano de los arquetipos y de algunas situaciones empleadas en las comedias románticas, también es un hecho que la manera de contarla la vuelve atractiva, pues no busca caer en el chiste fácil, sino que emplea un humor un poco más pensado o sin concesiones, como suele ser el cine japonés. Además de enviar diferentes mensajes sobre la amistad, la familia y la superación personal sin sonar nunca panfletaria, por el contrario, lo hace de manera sutil.
La cámara que emplea en buena manera el discurso audiovisual de acuerdo a lo requerido por las situaciones, tiene también algunos momentos que destacan debido a que acerca al espectador a través del uso de cámara subjetiva o de movimientos que siguen a la pelota con la que se juega y el manejo de la ralentización y aceleración de la velocidad con la que suceden las acciones. Este tipo de elementos son pequeños detalles que se suman al buen ritmo que le da la edición a la cinta.
Las actuaciones están bien llevadas, cada uno de los personajes obedece al planteamiento de su psicología, tenemos así a un joven retraído amante de los cómics, una familia que ha perdido a su hijo, una mujer víctima del machismo de la sociedad que no ve con buenos ojos que juegue al ping pong, entre otros. El buen trabajo de los actores se compenetra con el buen manejo de la cámara.
El filme tiene, sin embargo, un elemento que va en su contra y es el tener demasiadas subtramas derivado de los diferentes personajes de los que echa mano, y el error es caer en explorar demasiado en las formas de sentir o en la vida personal de cada uno de ellos, si bien lo hace para reforzar el discurso que busca transmitir, también es un hecho que esto hace que se alargue de más la cinta, entorpeciendo un poco el momento final.
Mixed Doubles es una comedia romántica que cumple con arquetipos y situaciones propias de este género, lo que la hace diferente es la manera en que está manejado el humor. Los aspectos técnicos le dan, además, un plus a la manera en que se cuenta la historia, logrando que el espectador se adentre en todo momento en la historia. Finalmente el emplear una temática como el tenis de mesa, le da un toque de frescura en un país en donde esta actividad es más lúdica que profesional.
Mixed Doubles, Junichi Ishikawa, Japón, 2017, 120 mins. Con: Yuri Aragaki, Eita Nagayama, Koji Seto, et. al.
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