Por: Manuel Hernández-Samperio.
Históricamente es una constante que el arte esté relacionado y (hasta) controlado por las élites dominantes de la sociedad. Durante mucho tiempo la figura de los mecenas era la que financiaba la creación artística, posteriormente este lugar fue arrebatado por la creación de mercados y con ello las explotación de las industrias culturales como la radio, televisión o disqueras, quienes aún ejercen cierto poder sobre las obras que se crean y se difunden. En este ámbito los artistas que se atreven a desafiar lo establecido pueden tener dos caminos: o son marginados y tratados de callar o por el contrario, son absorbidos por estas empresas de manera que sus discursos puedan ser vendidos a las grandes masas. Matangi/Maya/M.I.A. bien puede ilustrar estas premisas.
M.I.A. es una rapera londinense de origen tamil (una etnia asentada en la India y Sri Lanka) cuya carrera tuvo un ascenso muy acelerado en la escena musical. Sus letras que retrataban la vida diaria en el barrio de donde provenía y la experimentación de ritmos que provocaba melodías muy pegajosas la llevaron rápidamente a entrar en el starsystem estadounidense en donde se afianzó como una de las cantantes con grandes ventas.
Sin embargo, conforme su fama se incrementaba y la vida comenzó a cambiarle su discurso comenzaba a sonar poco congruente. En busca de reencontrarse decidió visitar la tierra de sus raíces, en donde encontraría nuevas cosas qué denunciar, sin embargo, al starsystem no siempre le gusta que sus cantantes hablen de cosas con las que no congenia.
La cinta dirigida por Stephen Loveridge parte de mostrar a la protagonista en diversos aspectos de su vida diaria en donde se evidencian detalles de una mujer común y corriente que comienza a ser absorbida por el sistema al que ella misma se niega a integrarse. A lo largo de la cinta vemos que esa humanización la hace sensible a los problemas que denuncia y por los cuales no tiene empacho en arriesgar su propia carrera. Nos encontramos así a un personaje con ideales marcados y cuya vida es muy interesante.
La película nos narra de manera lineal la historia de la rapera pero tiene el acierto de realizar una buena combinación entre el proceso creativo, la música y la vida de la artista, lo cual provoca que la trama se desenvuelva en buena forma, con un ritmo uniforme y en donde no se siente el paso del tiempo, pues se envuelve al espectador y se le va dotando de información en pequeñas dosis.
En cuanto al tema visual tenemos que los materiales de archivo se mezclan con el material original recabado por el director, y que se fue acertado al introducir la cámara en algunos lugares en donde se obtienen tomas exclusivas (como en el episodio en el Super Bowl, por ejemplo). La dirección de la cámara tiene buenos elementos, en muchas ocasiones se sigue a los personajes y en otras más se mantiene a la espera de lo que pueda suceder. La edición, por su parte apoya en buena medida el ritmo dela narrativa.
Matangi/Maya/M.I.A., es una cinta que tiene como su mejor característica el mostrarnos los diferentes aspectos en la vida de una artista-activista, al realizarlo humaniza lo que el starsystem suele elevar y alejar de la gente en aras de conseguir buenos números en las ventas. Con una narrativa que mantiene atento al espectador es sin duda, uno de esos trabajos que en su contenido se atreven a alzar la voz no sólo en la música, sino también en los problemas sociales que se han tratado de ignorar.
Matangi/Maya/M.I.A., Steve Loveridge, E.U.A, 2018, 90 mins. Con M.I.A., Madonna, et. al.
No hay comentarios:
Publicar un comentario