sábado, 7 de abril de 2018

La 4a compañía. Un sistema que ha cambiado... para mal.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

El sistema penitenciario en México ha sido cuestionado en diversas ocasiones, se ha señalado que no se logra una verdadera readaptación social, que las cárceles están sobrepobladas, que las condiciones en las que viven los presos son deplorables, que en ellas se mueven grandes cantidades de drogas, que aún dentro de ellas hay grupos delictivos que siguen operando, que se han gestado estructuras de poder en donde el más débil termina al servicio de los más fuertes o donde los presos más importantes gozan de privilegios, y podríamos apuntar un sinfín de problemas más.

Lo que es cierto es que estos lugares sociales "controlados" vienen a ser el reflejo de la sociedad de donde han sido extraídos sus habitantes, en buena medida porque se han replicado los modelos de gobierno que hay en ellos, y en otra porque se transportan hasta ahí algunos vicios que se han adquirido en la calle, buena parte de estas problemáticas las muestra La 4a compañía de Mitzi Vanessa Arreola y Amir Galván.
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Zambrano (Adrián Ladrón) es un joven que ha tenido que purgar condenas en diferentes cárceles desde que era un adolescente. Cuando es atrapado y condenado por robo de autos es llevado al penal de Santa Martha. En este lugar recientemente se ha creado un equipo de futbol americano, al que le gustaría pertenecer. En la cárcel se encontrará con que ese equipo de futbol será utilizado como un grupo de infiltrados para intentar acabar con las malas costumbres de los reos.

Zambrano pasará sus días entre las labores que tienen que cumplir en el penal, en los partidos que enfrentará como parte del equipo y en los favores especiales que los directores de la cárcel les pedirán. De esta forma conoceremos algunas historias de diferentes presos, pero al mismo tiempo, algunas problemáticas que a finales de los 70 comenzaban a gestarse como parte de la vida de estos lugares.

La 4a compañía nos presenta una historia basada en hechos reales, en donde se plantea una serie de problemas que han aquejado al país desde hace varias décadas siendo quizá el de mayor peso es la corrupción, alrededor de éste tópico gira una buena cantidad de las acciones que sucederán a lo largo de la trama.

El guión nos propone una historia cargada de realidad, sin embargo, se enfrenta a un detalle con el que cargará durante todo su desarrollo que es el uso indiscriminado de las subtramas paralelas a la principal. Esta situación dará como resultado un exceso de personajes que se justifica por los integrantes que se necesitan en el equipo, pero en donde casi ninguno termina de desarrollarse óptimamente, es decir, se usan demasiados personajes, pero muy pocos logran reflejar una psicología bien cimentada, por el contrario, muchos de ellos se quedan en el plano anecdótico o se les ve de manera superficial. 

Derivado de esto, suceden diversas situaciones en donde nunca se termina de aclarar el porqué se realizaron, en donde nunca se esclarecen los motivos que tuvo el personaje para reaccionar así o llevar a cabo alguna situación, como ejemplos podemos señalar al "Tripas", "Florecita" o "Siqueiros" por mencionar a algunos, quienes aparecen pero no se asientan bien en sus formas de pensar.

Más allá de eso, la cinta cuenta con una serie de factores técnicos que la vuelven visualmente atractiva, si bien en un inicio la edición se siente un poco torpe, conforme avanza el filme es también la artífice de envolver al espectador dentro de la historia, con un manejo de cámara que (aunque por momentos abusa de los paneos) sabe jugar y pasearse entre los personajes y los espacios, convirtiendo en ocasiones al mismo penal en un personaje más de la trama. 
La fotografía es otro elemento destacable que le da gran verosimilitud a la cinta, su uso acentúa los espacios cerrados y la oscuridad con la que se vive en el lugar. El utilizar el mínimo de luz transmite no sólo la soledad en la que se encuentran los personajes, sino también una atmósfera que puede llegar a desesperar gracias al encierro en que se encuentra la misma historia. Finalmente el ritmo de la cinta es destacables, como mencionamos, la edición y el manejo de la cámara van incrementando el interés del espectador en ella, sin embargo, es el montaje el que combina diferentes elementos: desde las notas en que se asentó la investigación sobre el suceso hasta el suspenso requerido en el juego final del equipo, o la tensión que impera en el final de la cinta.

La 4a compañía es una cinta de contrastes, que logra superar las pequeñas trabas que ella misma se impone a través del uso indiscriminado de personajes y temáticas que busca abordar, si bien a cada una la trata de manera superficial, cuando todas ellas suman al todo nos encontramos con una cinta redonda, donde diferentes géneros conviven entre sí. Es una cinta que entretiene, pero al mismo tiempo busca hacer una reflexión sobre la situación que se vivía, y desafortunadamente se sigue viviendo, en donde se encuentran las bases de un sistema (no sólo penal, sino hasta de gobierno) que se ha corrompido gracias al egoísmo y la búsqueda del beneficio de unos cuantos.

La 4a compañía, Amir Galván-Mitzi Vanessa Arreola, México, 2016, 101 min. Con: Adrián Ladrón, Hernán Mendoza, Gabino Rodríguez, Manuel Ojeda, et. al.

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