viernes, 23 de marzo de 2018

De la infancia. Cuando en la vida sólo hay una salida.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Carlos Carrera ha tenido una trayectoria con una variedad importante de temáticas en sus filmes. En 2009 estrenó Traspatio (Backyard) una película en donde se aborda la trata de blancas y los negocios ilícitos del crimen organizado entre México y Estados Unidos. Pero ese mismo año se encontraba filmando una película que hasta ahora no ha visto la luz: De la infancia, donde también se abordan problemáticas sociales, aunque en esta ocasión dentro de la hoy llamada Ciudad de México.

Adaptada de la novela, Una infancia del más allá de Jesús Mario González Suárez, la historia nos transporta a una de las colonias pertenecientes al cinturón urbano de la Ciudad de México en donde habita la familia de Basilio Niebla (Damián Alcázar), un hombre que ha hecho del robo y el quebranto constante de la ley, su modo de vida. La familia se compone de su esposa Sofía (Giovanna Zacarías) y sus tres hijos. Sus vidas pasan entre la planeación de robos en el caso de Basilio, e ir a la escuela en el caso de los hijos.

Sin embargo, la vida para la familia no es sencilla, el contexto plagado de violencia va condicionando las actividades y conductas de cada uno. Por un lado los niños en la escuela son obligados a defenderse de sus compañeros mayores quienes disfrutan al molestarlos, por el otro los vicios y el buscar siempre la forma de conseguir más dinero provocarán que Basilio se meta en problemas. Esta situación poco a poco obligará a los personajes a reaccionar ante las circunstancias en que se encuentran, aunque no siempre lo puedan hacer de la manera más congruente posible.

La cinta de Carrera es una radiografía de la violencia que a diario enfrentan los habitantes de urbes que han crecido de manera desorganizada, en donde la misma sobrepoblación y la escasez de empleo y de oportunidades obliga a la gente a buscar otros medios para subsistir. Bajo esta premisa se nos presenta un guión en donde se reflejan diferentes costumbres como el machismo y el imponer la ley no del más apto sino del más fuerte son la única constante que rige en estos lugares.

Las interpretaciones de cada uno de los actores están muy bien logradas, tenemos a un Damián Alcázar que demuestra madurez en su actuación y que logra transmitir la manera de ser de un hombre dominador y que tiene a la violencia como la primera respuesta ante cualquier estímulo, sin importar quién sea la otra persona. Giovanna Zacarías, Ernesto Gómez Cruz y la interpretación de Benny Emmanuel como el hijo mayor de Basilio Niebla son también de destacar; aunque ellos hacen ver como disparejas las actuaciones de los otros niños, quienes a pesar de sus esfuerzos no alcanzan el tono de los demás.
La cinta echa mano de algunos elementos de fantasía que se van mezclando en la misma historia, así tenemos que un fantasma ronda la casa intentando cuidar a la misma familia, o que uno de los hijos comienza a tener algunas alucinaciones como el único medio para escapar de la realidad que lo rodea.

El manejo de la cámara es otro de los factores interesantes en la cinta, a través de diferentes recursos como seguir a los personajes con cámara en mano, emplear algunos movimientos cuando son necesarios, presentar a los personajes en primer plano, se va demostrando cierto oficio, pero al mismo tiempo va metiendo al espectador en la historia misma, como testigo de lo que sucede. Además de una buena iluminación que acompaña las acciones.

Sin embargo, la historia choca con algunos detalles en su contra. Por un lado, la historia avanza de manera lenta, una vez que ha planteado las situaciones tanto de los padres como de los hijos se detiene sobremanera en repetir escenas de violencia que poco aportan a la trama y que sólo la alargan, esto se ve de manera más clara en los problemas familiares, en donde una y otra vez se cae en volver invisible a la madre y en donde más de una vez es el objeto de la violencia de diferentes personajes.

Por otro lado, el exceso de violencia puede jugar en su contra, aunque su intención es la de retratar la situación que se vive a menudo en la ciudad, en ocasiones termina siendo efectista, incluso por momentos el espectador podría sentir que  se ha abusado de este recurso. Y finalmente, como mero comentario hay algunos elementos que demuestran que la película fue rodada algunos años atrás, aunque no son determinantes en una historia que termina por ser demasiado actual como la misma Los Olvidados de Luis Buñuel (por poner un ejemplo).

De la infancia es una película que refleja en muy buena forma una pequeña parte de los problemas que aquejan a una sociedad que ha crecido de manera desmesurada y en donde cada vez es más frecuente encontrarse con la violencia que impera en ella. Carlos Carrera hace una adaptación interesante, sin embargo, se enfrenta al problema de alargar en demasía algunas situaciones, perdiéndose en su misma historia. Una película que por desgracia sigue sintiéndose muy vigente a pesar de los años y las calamidades que ha pasado para poder estrenarse.

De la infancia, Carlos Carrera, México, 2009, 121 min. Con: Damián Alcázar, Giovanna Zacarías, Benny Emmanuel, et. al.

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