viernes, 9 de febrero de 2018

La música del silencio. Obstáculos difíciles de superar.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

La ópera es un género que combina el canto con la actuación. En nuestros días el grueso de la población la encuentra un tanto lejana a su contexto tanto cultural como en su vida diaria. Sin embargo, ocasionalmente el mainstream logra encumbrar algunas figuras que interpretan este tipo de géneros para que sean reconocidos a nivel mundial. Andrea Bocelli es una figura que ha ganado reconocimiento en los últimos años, su ceguera es un aliciente para que su historia de éxito sea aún más reconocida. Así lo hace La música del silencio de Michael Radford.

De la misma pluma de Bocelli nace la historia de Amos Bardi, un niño perteneciente a una familia acomodada que vive en la región Toscana. Un problema en los ojos le impide ver con claridad, pero después de varias operaciones su vista es ligeramente restaurada, hasta que un accidente le roba por completo este sentido. En este momento el pequeño Bardi encontrará en la música un escape para los problemas que debe enfrentar en la vida.

A pesar de los esfuerzos de su familia y de la disposición que tiene el mismo Bardi, no todo va a ser fácil en su búsqueda por ser reconocido en el mundo de la música, y menos para un invidente, por lo cual tendrá que enfrentar diversas dificultades.
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El filme de Radford es una biopic que por esta naturaleza puede ser analizable desde distintos puntos de vista. Por un lado está centrarse en la historia del protagonista, en donde se narra de manera lineal, es decir, desde la niñez hasta el momento en que se vuelve un adulto y se busca el sueño. En este aspecto, podemos decir que el filme cumple con lo que se ha propuesto que es el reflejar la vida de Bocelli. A pesar de ello la trama avanza de manera lenta, ahondando en ocasiones en algunas anécdotas que no aportan gran cosa a la trama y de alguna manera alargan la historia innecesariamente.

Pero, si se ve a la cinta desde el aspecto técnico y de estilo, encontramos que la cinta tiene serios problemas desde que se tomó la decisión de que fuera hablada en inglés. En el afán de poder llegar a un mercado más amplio se obligó a los actores a realizar su trabajo en ese idioma, lo cual propicia que las escenas se desarrollen de manera torpe, aunado a que se evidencia que no todos los personajes manejas en buena forma la lengua.

Las actuaciones son un tanto irregulares, en buena medida debido a lo que ya hemos señalado del idioma lo cual provoca que las actuaciones se vuelvan planas por prestar más atención a tener una buena pronunciación. Toby Sebastian quien se encarga de dar vida a Amos Bardi durante su juventud, logra hacer una interpretación destacable, pues logra sobreponerse ante la discapacidad que su personaje tiene. Antonio Banderas, con un recorrido más extenso en el cine angloparlante también logra dejar de lado ese detalle y realiza un trabajo breve pero decoroso.

La cinta presenta además, algunos errores en la continuidad de los tiempos evidenciado en los personajes, pues todo alrededor del protagonista envejece de manera muy lenta, es decir,  prácticamente como son presentados los personajes cuando Bardi era niño se mantienen igual hasta su juventud.

En cuestiones de la edición, la película logra mantener un ritmo, a pesar de que por momentos se alarga en ciertos detalles. Un elemento que destaca es la música empleada, acorde a la figura principal, en donde el espectador prodrá hacer un recorrido por temas clásicos de la ópera italiana, aunque en ocasiones se devela que la actuación y la interpretación de las canciones no es la misma, pues el playback en ocasiones no está bien sincronizado.

La música del silencio es una cinta con muchos contrastes, por un lado la historia que cuenta es sumamente interesante, pues nos presenta la vida a la que Andrea Bocelli se ha sobrepuesto, especialmente por su discapacidad y en donde el mensaje de nunca rendirse sale a relucir. Sin embargo, la forma en que está realizada tiene muchos detalles que le van restando a la cinta. El director simplemente se limita a contarnos, pero no se preocupa por hacer de ella una historia que proponga en lo visual y que mantenga verosimilitud.

La música del silencio, Michael Radford, Italia, 2017, 115 min. Con: Antonio Banderas, Toby Sebastian, Jordi Mollà, et. al.


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