sábado, 15 de julio de 2017

Paterson. La naturaleza entrañable de la vida.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

La vida de los artistas, en muchas ocasiones puede llegar a ser muy apasionante, al grado que sus historias se acercan a lo inverosímil, dando como resultado el inicio de los mitos alrededor de sus personas. Pero ¿qué pasa cuando la vida de una persona con gran talento esta inmersa en la rutina y sólo un milagro podría hacerlo cambiar? La respuesta podríamos encontrarla en Paterson, la más reciente cinta de Jim Jarmusch que nos presenta una historia memorable. 

Paterson es un joven que trabaja como conductor de un autobús de pasajeros en la ciudad de Paterson, una pequeña ciudad de Nueva Jersey en Estados Unidos. Su vida está determinada por la rutina de levantarse, ir a trabajar, volver a casa para cenar y después dar una vuelta, encontrando entre a estas actividades, la oportunidad para escribir, la cual se erige como su más grande pasión. 

Los días que transcurren entre las historias que cuentan sus pasajeros, su esposa y los pequeños textos que de vez en cuando escribe y en apariencia poco o nada podría hacer cambiar las cosas. 

El filme presentado por Jarmusch se asienta en la cotidianidad de las personas y a partir de ello nos va metiendo en una trama entrañable que toma fuerza desde lo más común de la vida misma.  

El guión divide la trama en ocho capítulos, uno por cada uno de los días de la semana durante la cual acompañaremos al personaje principal, a lo largo de estos días encontraremos que el desarrollo psicológico nos presenta un hombre serio, sobrio, con algunas dificultades para lograr hacer nuevos amigos, personalidad que contrasta por completo con la de su esposa, la cual es extrovertida y que por lo mismo impulsa a que cada uno delos resalte por su forma de ver la vida. 

Sin embargo, nada del planteamiento de los personajes lograría llegar a ese punto, de no ser por las buenas actuaciones, tanto de la pareja principal, como de los actores que van apoyándolos, en todo momento se le ve metidos en el papel que desempeñan y aunque ninguno resalta por encima de los demás, sí encontramos que van de acuerdo a la historia que se quiere contar. 

El ritmo de la cinta es óptimo, los movimientos sutiles dela cámara y planos que duran el tiempo que deben hacerlo acompañan en buena forma al personaje principal, metiéndonos de lleno en la vida apacible con la que toma las cosas. 

Otro de los puntos a mencionar es la iluminación, que tiende a rodear y crear las atmósferas de colores con tonalidades naranja-amarillo, que reflejan, una vez la calma con la que se llevan la vida. Además, destaca que se respeta la iluminación propia de cada lugar, sumando verosimilitud a las acciones, cuando una calle es poco iluminada, o un bar refleja el ambiente de noche, se trabaja con esa cantidad de iluminación. 

La utilización de letras sobre la pantalla cada vez que el personaje principal se pone a escribir y las referencias
al autor William Carlos Williams, oriundo del mismo Paterson, son otros de los puntos que le suman a la cinta. 

Paterson es una cinta con una historia entrañable, plagada de buenas actuaciones que incrementan la capacidad de volverse empática con el espectador, podría parecer que no ocurre nada a lo largo de la historia, sin embargo, tiene gran fuerza en la manera en que se retoma la vida cotidiana y en que los personajes tan parecidos a cualquier persona enfrentan problemas del mismo tipo. Sin duda, la narración y la historia per se, merecen, casi por obligación, ser vistas.

Paterson, Jim Jarmusch, Estados Unidos-Francia-Alemania, 2017, 113 mins. Con: Adam Driver, Golfshiteh Farahani, Barry Shabanka Henley, et. al. 


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