Por: Manuel Hernández-Samperio.
Es un hecho que los sucesos de la vida van determinando la personalidad de cada persona, cada una de las experiencias por las que se atraviesa vuelven fuerte o vulnerable a cada ser humano. Sin embargo, ¿puede un hombre de buenos sentimientos atravesar por algún hecho que lo haga odiar a la humanidad y convertirse en un ermitaño? Un hombre gruñón es la reflexión al respecto y al mismo tiempo, es un asomo a la forma en que se van construyendo las sociedades.
En una comunidad sueca vive Ove, un hombre de 59 quien tras la muerte de su esposa se ha trazado su propia muerte como única meta en la vida. Su carácter explosivo y de pocos amigos le ha traído más de un problema con el resto de sus vecinos. Sin embargo, una familia nueva se mudará al lugar donde vive y aunque en un inicio al forma en que se acerquen será accidentada, poco a poco lograrán romper las barreras que Ove pone para conocer a los demás.
La cinta nos revela, con el ya característico humor negro de los países nórdicos, la historia de un personaje entrañable que dadas las circunstancias de la vida se ha convertido en un viejo enojón, personificado magistralmente por Rolf Lassgärd quien no se permite convivir con nuevas personas y más aún, no ha logrado superar la muerte de su esposa, cuya ausencia servirá como el motivo de una historia que corre paralela a la principal, pues el guión combina, a manera de flashbacks y en buena forma, la época actual con el pasado de Ove, en donde uno a uno vamos viendo los golpes que la propia vida le va propinando.
Si la actuación del personaje principal es destacada, el resto de los personajes realizan un buen trabajo apoyando y girando alrededor de la figura principal. A ello se le suman el buen diseño del
arte que acompaña las acciones, especialmente en los momentos en que la cinta remite al pasado de Ove, lo cual le agrega verosimilitud a las acciones.
Acaso el problema que enfrenta la cinta es que en algunas ocasiones las situaciones se van volviendo predecibles, esto sucede en algunos chistes y también cuando comienzan a develarse algunos de los secretos que el protagonista tenía, irremediablemente el espectador va relacionando y creando suposiciones que difícilmente serán erróneos.
Los manejos de planos y de la cámara si bien no experimentan ni buscan crear sensaciones en el espectador, sí están bien empleados y cumplen con el objetivo de reflejar en buena forma la historia. También se debe mencionar que se alcanza un buen ritmo tanto en el montaje como con
la edición, lo cual refleja un buen manejo en la curva dramática.
Un hombre gruñón es una cinta que refleja, con todo y sus caídas en lugares comunes, la importancia de la familia, de la amistad y de tener cerca a alguien a quien le importas, pero además de ello, también habla de la forma en que los ancianos son vistos en la sociedad. La historia que se nos cuenta y que enmarca la vida Ove, mantendrá atento al espectador ya que termina por se entrañable, divertida e interesante.
Un hombre gruñón, Hannes Holm, Suecia, 2015, 116 min. Con: Rolf Lassgärd, Bahar Pars, Filip Berg, et. al.
Me parece buena película, aborda un tema interesante
ResponderEliminar