jueves, 29 de junio de 2017

Churchill. Un hombre y la decisión que pudo cambiar la historia.

Por: Manuel Hernández-Samperio (@costas989)

La vida del mundo cambió a mediados del siglo pasado gracias a la guerra que enfrentó al nacional socialismo con el resto de los países. Mucho podría especularse sobre lo que habría sucedido si Hitler hubiera logrado su cometido y esto invariablemente nos llevaría a la importancia que tuvo la irrupción de los Aliados para combatir sus ideas. Churchill nos pone de lleno en los tiempos de la guerra y nos cuenta la historia del hombre al frente de la única nación europea en guerra que no había sido invadida.

El 6 de junio de 1944 se llevó a cabo el desembarco de Normandía que sería el preludio de la derrota del ejército alemán. A pesar de que la mayoría de los países que conformaban el bloque aliado estaba de acuerdo en la estrategia empleada, tuvieron que enfrentarse a la oposición de Winston Churchill, quien había participado en la primera guerra mundial y por su conocimiento marcial no estaba convencido de que esa fuera la mejor opción. 

En los tres días previos al inicio de la operación, Churchill tendrá que debatirse ante los generales a cargo del ejército aliado, pero también lo hará con sus propios fantasmas, su conciencia y su carácter, el cual conforme ha envejecido se ha hecho más difícil de soportar. 

La cinta, dirigida por Jonathan Teplitzki, tiene el acierto de ponernos, tras una breve introducción donde vemos a un Churchill viejo recordando la historia, de lleno en la situación que tuvo que enfrentar, lo hace sin rodeos y presentándonos a un Winston Churchill, magníficamente encarnado por Brian Cox, que se encuentra en una encrucijada pues debe decidir si apoyar un ataque con el que no está de acuerdo u oponerse haciéndole caso a su instinto. 

La cinta nos presenta el lado humano del protagonista, sin ensalzarlo, por lo contrario, se muestran los diferentes contrastes de un hombre que debía mostrarse como alguien fuerte ante sus gobernados, pero que en la intimidad se está resquebrajando, es aquí donde aparece otro de los pilares de la cinta: la presencia femenina, la cual con todo y sus bemoles será la encargada de ser el soporte del protagonista. 

Sin embargo, en el guión se presentan pequeñas trabas, la primera de ellas es el mostrar a un Churchill en acciones muy repetitivas: en más de una ocasión lo vemos explotar con sus trabajadores, o explicar sus razones para oponerse a las acciones bélicas, por mencionar sólo un par de ejemplos. El otro detalle es el giro, un tanto inverosímil que da la trama una vez que interactúa con las dos mujeres, pues es totalmente contrastante a como se veía en las escenas anteriores. 

En cuanto a las actuaciones, además del ya mencionado Cox, quien aparece a cuadro casi en la totalidad de la cinta y que hace un trabajo resaltable, el resto del reparto hace un buen trabajo, entendiendo que su función es la de servir como personajes alrededor del personaje principal. 

Otra de las características que le dan valor a la cinta es la caracterización tanto en el vestuario como en las escenografías, ambos están bien logrados, además es de mencionarse que Cox logra tener bastante parecido con el Churchill real. La manera en que se aborda la trama tiene otro acierto, el no buscar fungir como una biopic y caer en los lugares comunes que este subgénero impone, sino que busca su propia narrativa buscando tener un punto climático. 

Churchill es una película con gran propuesta, si bien obedece a la línea de películas que se desprenden de la Segunda Guerra Mundial, no busca ponernos en la guerra, sino en quienes debían tomar las decisiones que a la postre cambiarían la historia del mundo. Aún con los pequeños detalles que ya se han señalado, el filme se deja ver, en ningún momento aburre y se acompaña de excelentes actuaciones.  

Churchill, Jonathan Teplitzki, Reino Unido, 2017, 110 min. Con: Brian Cox, Miranda Richardson John Slattery, et. Al. 


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