sábado, 10 de junio de 2017

Bienvenidos a Grecia. Un plan para salir de la crisis.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

La crisis económica en Grecia significó para mucho las pérdida no sólo de un trabajo, sino para la gran mayoría, la pérdida del estilo de vida al que estaban acostumbrados. Trajo consigo problemas sociales, pero simpre, ante una crisis, es bueno explorar nuevas soluciones o alternaltivas que permitan sobrellevar la realidad. Bienvenidos a Grecia propone, con humor, una de ellas.

Jörg Geissner (Cristoph Maria Herbst) llega a la isla de Paladiki a verificar las garantías para un préstamo que los habitantes del lugar han ofrecido al banco en el que trabaja, para ello debe corroborar que en el lugar exista una playa, un hospital y una planta eléctrica. La tarea no será fácil, pues lo habitantes están buscando el préstamo para conseguirlo a base de mentiras, con el pretexto de que construirán Las Galápagos en Grecia. 

En la misión conocerá a Panos (Adam Bousdoukos), un migrante alemán que reniega de serlo y que será el encargado de ser la principal distracción para Jörg. La vida de Panos, llena de libertad y pocas responsabilidades, contrasta con la forma de ser del alemán, por lo cual las rencillas y los malos entendidos están garantizados. 

El argumento propuesto es sencillo: los griegos buscan dar un golpe a los bancos alemanes, quienes en la vida real han estado ahogando a la economía helénica con los cobros por los préstamos hechos en años anteriores. Bajo esta lógica y ante el temor a ser descubiertos, no le queda de otra al pequeño grupo estafador que hacer todo lo posible por evitar ser descubiertos, esto dará pie a algunas ideas que los sobrepasarán, pero que a la vez se van volviendo predecibles. 

La cinta, sin embargo, se enfrenta con diferentes problemas, el primero de ellos se centra en la falta de ritmo debido a los saltos que la trama va dando, en buena parte de las veces sin explicar
lo que sucede, o porque algunos personajes aparecen en un lugar y en escenas posteriores están en otro completamente diferente. Este tipo de saltos van desconcentrando al espectador y le van quitando cierto sentido de verosimilitud. 

Otro de los problemas que enfrenta es que su condición de comedia la hace caer en algunos lugares comunes: chistes, golpes o las mismas situaciones, lo cual provoca que la cinta, en la sucesión de escenas siguientes o hacia su final se vayan volviendo predecibles. 

Las actuaciones están bien desarrolladas, aunque en algunas ocasiones son poco expresivas o demasiado sobrias, lo cual va desentonando con la naturaleza de comedia, ya que la psicología
de cada uno de los personajes, poco se presta para ser serio y hacer reír. 

Bienvenidos a Grecia es una comedia que tiene buenas intenciones, que inicia con un planteamiento interesante, especialmente porque busca fungir como una especie de "venganza" del pueblo griego al sistema económico que en la actualidad los está sometiendo, sin embargo, poco a poco comienza a diluirse en los lugares comunes y en algunos chistes que la vuelven predecible. 

Bienvenidos a Grecia, Aron Lehman, Alemania, 2015, 88 min. Con: Adam Bousdoukos, Cristoph Maria Herbst, Akilas Karazisis, et. al.


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