viernes, 26 de mayo de 2017

La academia de las musas. Reflexiones sobre la mujer, el arte y la actualidad.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Las musas eran para los griegos aquellas deidades del sexo femenino que inspiraban a cada una de las artes que se conocían en el mundo de aquella época e iban desde la poesía épica o lírica hasta la historia o la música. En la actualidad ese mismo término se sigue empleando y en buena cantidad de ocasiones se utiliza para nombrar así a algún ser terrenal que inspira a algún artista o sabio para desarrollar sus actividades. La academia de las musas del español José Luis Guerín es una cinta que parte de la concepcion femenina para explorar más a fondo sobre las mujeres. 

Un profesor de filología da una clase sobre las musas y sobre la forma en que son concebidas en el arte moderno, en la creación de piezas, etc., las estructuras filosóficas y las reflexiones de sus alumnos y alumnas van alimentando lo que pronto se convierte en una muy interesante clase, lo suficiente como para trascender más alla del aula. 

Pronto veremos que las dudas generadas en la clase se llevarán a la vida diaria en donde alumnas, profesor, su esposa y la teoría de las clases comenzarán a enredarse, dejándonos ver
diferentes puntos de vista de la concepción femenina, del amor, del arte, etc. 

El método empleado por Guerín para contarnos esta historia fluctúa entre el documental y la ficción, y la clave para ellos se encuentra en el uso que se le da a la cámara, partiendo de una clase en la universidad en donde se pasea entre los alumnos, en donde sabe darle suficiente tiempo a cada uno de los participantes para exponer sus ideas, sus dudas, y lleva al espectador a sentirse parte de la misma clase. Cuando la historia traspasa las paredes del salón de clases, la misma cámara mantiene ese ritmo y sabe esconderse o filtrarse como un testigo invisible para llevar nuevamente al espectador hasta el lugar donde suceden las cosas. 

Este uso de la cámara es fundamental para los objetivos de la puesta en escena,
pues propicia que el espectador se convierta en un personaje más, es imposible no formar parte de las discusiones, no confrontar el conocimiento que se tiene con lo que se dice y no tomar partido por alguno de los personajes, dándole la razón o negando sus puntos de vista. Es sin duda esteduda este manejo de la cámara el que lo hace cómplice del profesor y el que lo vuelve confidente de sus estudiantes y su esposa.

La edición es otro elemento que al estar bien desarrollado suma a la trama, pues ayuda a darle dinamismo a las diferentes escenas, especialmente cuando están en el salón de clases, pues nunca se vuelve tedioso.

Guerín sabe explotar la línea que existe entre el documental y la ficción para entregar una
propuesta que desde el inicio le causará problemas al espectador si se preocupa por situarla en alguna de ellas, sin embargo, una vez que se deje guiar por la historia, va fluyendo por sí misma, especialmente por que a lo largo de la trama se retoman diferentes problemáticas que afectan al arte, pero sobre todo a las mujeres de la actualidad, pues sin titubear refleja la forma en que ellas mismas se perciben, se reconocen y se desarrollan dentro de la sociedad, cuestionando y tratando de entender el papel que tanto la historia como la normalización les ha otorgado.

La academia de las musas, José Luis Guerín, España, 2015, 92 min. Con: Raffaele Pinto, Emanuela Forgetta, Rosa Delor Muns, et. al.



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