Por: Manuel Hernández-Samperio.
La niñez es la
etapa en donde se tienen las primeras experiencias que marcaran a los
sujetos de por vida, muchas de las conductas y actitudes hacia a lo
largo de la vida, serán determinadas por el entorno en el que han
crecido. La vida de Calabacín, es un filme en donde se actualizan muchas
de las problemáticas que sufren los niños de hoy en día, actualidad que
en muchas ocasiones puede resultar no ser tan sencilla.
Calabacín es un niño que mata accidentalmente a su madre, una mujer alcohólica que suele maltratarlo; ante esta situación llega a una orfanato, un poco tímido al principio, la interacción de todos los días con los otros niños que habitan el lugar lo llevará a darse cuenta que la vida es capaz de ir dando las suficientes vueltas para que la historia de cada persona cambie en un segundo.
Calabacín encontrará dentro del orfanato que los en los otros niños puede tener diferentes socios y que además puede tener una nueva familia con la cual compartir su vida.
Basada
en la novela "Autobiografía de un Calabacín" escrita por el francés
Gilles Paris, la cinta dirigida por Claude Barras es una reflexión, no sólo a la orfandad sino también sobre la vida misma, ya que retoma diferentes problemas sociales representados por los padres de cada uno de los niños que habitan en el lugar.
Así, se nos muestra una cinta animada, estéticamente bien lograda en la técnica del stop motion, cuyo guión es contundente, que sabe plantear las situaciones sin dar concesiones a los personajes o ser condescendiente con ellos, y que no hace distingos en las edades de sus espectadores, pues puede ser disfrutada por niños y adultos, pues hay en la composición psicológica de los personajes, en sus diálogos y la forma en la que piensan mucha madurez, lo cual convierte la trama en una historia inteligente.
Destaca también el diseño visual de los personajes, con sus cabezas
gigantes, orejas que sobresalen de la cara, narices rojas y cabello de
diferentes colores que a la vez deja ver la diversidad de los niños, haciéndonos ver que sin importar la familia o región de la que se provenga, estamos sumergidos en una sociedad que comparte o coincide en las problemáticas de sus pobladores.
La vida de Calabacín es una cinta con un mensaje que luce por la claridad
de su planteamiento y por la contundencia con la que es contada, con
problemáticas que aquejan a las sociedades actuales nos lleva por el
mundo infantil de manera inteligente y tierna a la vez. Si bien su final
es alentador, eso no exime al espectador de realizar reflexiones sobre
cómo se trata a los niños de hoy.
La vida de Calabacín, Claude Barras, Suiza, 2016, 66 min.
La vida de Calabacín, Claude Barras, Suiza, 2016, 66 min.
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