Por: Manuel Hernández-Samperio.
La vida es esa escuela que muchas veces nos enseña cosas por la buena, pero la mayoría lo hace por la mala. La moral y los valores que se nos han inculcado, se verán cuestionados en más de una ocasión a lo largo de nuestra existencia y gracias a ellos debemos entender o actuar para salir adelante. La lección, filme dirigido por Kristina Grozeva es una muestra de ello.
En un pequeño pueblo de Bulgaria, Nadezhda trabaja en una escuela como maestra de inglés. En su salón de clases se enfrenta a un pequeño ladrón, de quien buscará conocer su identidad para poder enseñarle lo que está bien o mal. Su investigación se verá entorpecida por el silencio de sus alumnos y porque en su vida personal las cosas no se encuentran de lo mejor.
Con un esposo que se rehabilita de su adicción al alcohol y una hija cuyos gastos apenas alcanza a cubrir, en un giro del destino Nadezhda se verá endeudada y con gran riesgo de perder la casa en donde, lo cual la llevará a cuestionar sus valores, de forma que pueda salir de sus problemas sin traicionarse y sin perder su dignidad.
En un relato en donde se ponen de manifiesto las dudas existenciales de la gente sobre lo que
El guión nos plantea una historia en donde sucede algo curioso: en la trama se van acumulando diversos sucesos sobre el personaje principal, una desgracia tras otra podría decirse, sin embargo, se siente que se suceden de forma natural y en ningún momento se fuerza nada, lo cual da como resultado que la crisis a la que se asoma se sienta como el resultado de una mala racha, que le da gran verosimilitud al tema. En diferentes ocasiones se emplean algunas cantidades de humor negro que vuelven mucho más ácidas algunas de las críticas realizadas, la escena donde la protagonista interactúa con su padre y su nueva esposa es memorable, por mencionar una.
La cámara es llevada en mano en la gran mayoría de las ocasiones, proporcionando gran movimiento a la cinta, en donde abundan los seguimientos a los personajes, dejándonos ver el entorno en que se desenvuelve, entendemos que la localidad es pequeña y se trata de un entorno rural, en donde algunos de los valores, como el honor y la honestidad suelen ser más apreciados, es decir, que sin darnos grandes referencias en los diálogos, con la ubicación nos envía el mensaje.
Pero además la cinta consta de muy buen ritmo, que sabe darle su tiempo a cada una de las acciones, llevándonos así al punto climático en donde aparece el suspenso bien llevado gracias a las pausas con las que se cuenta ese par de escenas y por la buena interpretación del personaje principal, encarnado por Margarita Gosheva, de quien es innegable su buen trabajo, pero en cuanto a caracterización da la impresión de que se ve más joven de lo que exige su personaje. El resto del reparto hace un buen trabajo, dotando de verosimilitud cada una de las acciones.
La fotografía está bien manejada, en ella predominan los colores claros, hacia el blanco-azul, característica de las cintas del este de Europa que se desarrollan en el campo. Si bien no destaca por ser creadora de atmósferas o incidir directamente en la creación de personajes, sí está utilizada para acompañar de forma verosímil la historia.
La lección es una cinta que no busca moralizar y es en esa característica que encuentra gran fuerza, al poner en juicio los valores y reflexiones sobre el bien y el mal surge una buena historia que encuentra en la ironía y el humor negro dos de sus pilares principales. Sustentada en un guión que va haciendo, de forma muy sutil, un pequeño problema en algo que sale de las manos de su protagonista, nos lleva a preguntarnos si el fin justifica los medios o si es mejor mantenerse firme en los ideales, aunque la dignidad esté en juego.
La lección, Kristina Grozava, Bulgaria, 2014, 107 min. Con: Margarita Grosheva, Ivan Barnev, Stefan Denolyubov, et. al.
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