domingo, 26 de marzo de 2017

Pólvora y gloria. Cuando se aprende a convivir con la muerte.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

México es heredero de una mega diversidad, bien podemos decir que en cada región del país existen creencias, costumbres y manifestaciones culturales que provienen del choque entre los pobladores prehispánicos y la interacción, apropiación y adaptación que los conquistadores realizaron y que ha dado como resultado lo que conocemos hoy. Un ejemplo de ello bien podrían ser las fiestas patronales de cada pueblo, pues los españoles buscaron coincidencias entre las fechas de culto de algunos dioses precolombinos para imponer la religión propia de una forma más digerible (ahí tenemos la "coincidencia" de la celebración de Tonantzin con la de la Vírgen de Guadalupe).  

Pólvora y gloria es un documental que refleja la celebración en honor a San Juan de Dios, en la localidad del Estado de México conocida como Tultepec, lugar tristemente conocido por los accidentes pirotécnicos que ha sufrido en los últimos años. La principal actividad que se desarrolla en este pueblo es la pirotecnia, y es a principios de marzo que para la celebración de dicho santo se llevan a cabo diferentes actividades relacionadas con los fuegos artificiales: la quema de castillos y la quema de toritos. 

En este trabajo, realizado por Viktor Jakovleski, se nos muestran los dos día de la fiesta en honor al patrono del lugar. En donde se va develando la cosmovisión de los habitantes de un pueblo que se ha acostumbrado a convivir a diario con el riesgo latente de algún accidente e incluso bajo la sombra de la muerte; pero es gracias a las diferentes declaraciones que escuchamos de los pobladores que entendemos que esta actividad es lo que han heredado y que es su forma de sobrevivir. 

Si bien a lo largo del trabajo podemos ir viendo que se trata de una producción de poco presupuesto, también hay que destacar que el elemento que más luce es el visual, pues ante la falta de recursos se echó mano de otras posibilidades para grabar la imagen, con dispositivos que pueden llegar a lugares en los que una mara no podría inmiscuirse de forma sencilla (o sin correr riesgos) se logra recolectar imágenes que muestran una cercanía al fuego, complementadas con una cámara lenta que provoca que cada una de las explosiones pueda disfrutarse en buena medida cuando está a cuadro. 

Es este elemento y la forma de presentar las entrevistas, en donde el interrogado no aparece frente a la cámara contestando preguntas, sino realizando su trabajo, lo que más llama la atención, y lo que al mismo tiempo mantiene al espectador pendiente de lo que sucede, a lo largo de los dos días que dura la festividad. 

Pólvora y gloria es un documental etnográfico, sencillo pero bastante contundente, que al plantear su premisa deja en claro la forma de vivir y de ver la vida por parte de todos los pobladores, en donde el misticismo, la religión y las creencias de cada persona logran convivir sin pelear nunca entre sí. La única pregunta que queda en el aire es, ¿por qué los documentalistas actuales han dejado de lado esta vertiente del género?

Pólvora y gloria, Vikto Jakolevski, México-Estados Unidos, 2017, 67 min. 

 

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