domingo, 5 de marzo de 2017

Días sin llamado. Estrellas con fecha de caducidad.

Por: Manuel Hernández-Samperio.
 
El mundo de la farándula y espectáculo puede ser tan cruel como bondadoso. Actores que tienen un momento de fama pueden estar desaparecidos algunos años después si toman una mala decisión en su carrera, ya sea al elegir papeles para interpretar o con sus vidas. Días sin llamado es precisamente un retrato de lo que puede suceder con las estrellas del cine cuando las cosas no van bien.

Mía Roarke (Alexia Landeau) es una actriz que ronda los 40 años, su momento de fama parece haber pasado y ahora intenta ganarse la vida buscando algún papel en algún buen proyecto que la haga recuperar su carrera, para su desgracia todo lo que le llega son papeles secundarios que le remarcan el paso del tiempo. Si esto fuera poco, su divorcio de Liam (Alessandro Nivola) una de las estrellas más prometedoras en el mundo hollywoodense parece que la está hundiendo aún. 

La figura de su madre (Melanie Griffith), una adicta a las pastillas que depende de ella económicamente, complementa lo que bien puede ser una vida caóticaque va en picada y parece estar destinada al fracaso. 

Zoe Cassavetes nos plantea una premisa que ya hemos visto en diferentes ocasiones, simplemente basta con voltear a ver ejemplos recientes como El demonio neón de Nicholas Winding Refn o Mapa a las estrellas de David Cronenberg, para darse cuenta de que criticar de alguna forma al star system puede generar buenas historias y que la característica que puede diferenciar a cada una de ellas es el sello personal de cada director. 

En el caso de Cassavetes podemos apuntar que al ser este su primer largometraje es complicado determinar si lo hace, sin embargo, su guión echa mano de la comedia que vuelve en amena a esta historia de premisa sencilla. 

Con un humor en donde se satiriza desde directores hasta a la más incipiente de las actrices, sale a la luz el comportamiento superficial y frívolo del medio, es esta crítica-denuncia el eje vector de la cinta, y en donde además queda de manifiesto la fugacidad que puede tener la fama. 

El lenguaje audiovisual empleado es sencillo, sin experimentaciones, pero con una buena edición que provocan un ritmo acorde a la historia que se nos presenta: veloz, contundente en sus diálogos y ágil, dando como resultado una historia que dice mucho en su corta duración. También debe mencionarse que se echa mano de otros elementos, como las grabaciones con el celular, que incrementen la verosimilitud de la narrativa. 

Las actuaciones también son interesantes, Landeau refleja en buena medida la decadencia por la que atraviesa su personaje, gradualmente vemos que las cosas se van negando y que todo es reflejado en su físico, en la forma en que comienza a abandonarse y hasta en su negación por entrar al nuevo juego del medio, en donde las nuevas tecnologías forman un papel importante: ahora las estrellas twittean, están "cercanos" a sus seguidores.
 
Días sin llamado es una cinta que no muestra pretensiones en su forma de contar una historia, por el contrario, sabe lo que quiere decir y para ello se apoya en elementos como la sátira que logran tener impacto en la forma en que es visto un star system, instaurados desde hace más de 70 años y que sigue prevaleciendo en nuestros días. Es una historia sencilla, contada de forma sencilla, pero que logra su objetivo: comunicar su crítica.
 
Días sin llamado, Zoe Cassavetes, Estados Unidos, 2016, 80 min. Con: Alexia Landeau, Alessandro Nivola,Melanie Griffith, et. al.
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario