Por: Manuel Hernández-Samperio.
El mundo de la farándula
y espectáculo puede ser tan cruel como bondadoso. Actores que tienen un
momento de fama pueden estar desaparecidos algunos años después si
toman una mala decisión
en su carrera, ya sea al elegir papeles para interpretar o con sus
vidas. Días sin llamado es precisamente un retrato de lo que puede
suceder con las estrellas del cine cuando las cosas no van bien.
Mía Roarke (Alexia Landeau) es una actriz que ronda los 40 años,
su momento de fama parece haber pasado y ahora intenta ganarse la vida
buscando algún papel en algún buen proyecto que la haga recuperar su
carrera, para su desgracia todo lo que le llega son papeles secundarios que le remarcan el paso del tiempo.
Si esto fuera poco, su divorcio de Liam (Alessandro Nivola) una de las
estrellas más prometedoras en el mundo hollywoodense parece que la está hundiendo aún.
La figura de su madre (Melanie Griffith), una adicta a las pastillas que depende de ella económicamente, complementa lo que bien puede ser una vida caótica, que va en picada y parece estar destinada al fracaso.
Zoe Cassavetes
nos plantea una premisa que ya hemos visto en diferentes ocasiones,
simplemente basta con voltear a ver ejemplos recientes como El demonio neón de Nicholas Winding Refn o Mapa a las estrellas de David Cronenberg,
para darse cuenta de que criticar de alguna forma al star system puede
generar buenas historias y que la característica que puede diferenciar a
cada una de ellas es el sello personal de cada director.
En el caso de Cassavetes
podemos apuntar que al ser este su primer largometraje es complicado
determinar si lo hace, sin embargo, su guión echa mano de la comedia que vuelve en amena a esta historia de premisa sencilla.
El lenguaje
audiovisual empleado es sencillo, sin experimentaciones, pero con una
buena edición que provocan un ritmo acorde a la historia que se nos
presenta: veloz, contundente en sus diálogos y ágil, dando como resultado una historia que dice mucho en su corta duración. También debe mencionarse que se echa mano de otros elementos, como las grabaciones con el celular, que incrementen la verosimilitud de la narrativa.
Las actuaciones también
son interesantes, Landeau refleja en buena medida la decadencia por la
que atraviesa su personaje, gradualmente vemos que las cosas se van
negando y que todo es reflejado en su físico, en la forma en que comienza a abandonarse y hasta en su negación por entrar al nuevo juego del medio, en donde las nuevas tecnologías forman un papel importante: ahora las estrellas twittean, están "cercanos" a sus seguidores.
Días sin llamado es una cinta que no muestra pretensiones en su forma de contar una historia, por el contrario, sabe lo que quiere
decir y para ello se apoya en elementos como la sátira que logran tener
impacto en la forma en que es visto un star system, instaurados desde
hace más de 70 años y que sigue prevaleciendo en nuestros días. Es una historia sencilla, contada de forma sencilla, pero que logra su objetivo: comunicar su crítica.
Días sin llamado, Zoe Cassavetes, Estados Unidos, 2016, 80 min. Con: Alexia Landeau, Alessandro Nivola,Melanie Griffith, et. al.
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