jueves, 9 de febrero de 2017

Prank. Lecciones para aprender mientras se es ocioso.

Por: Manuel Hernández-Samperio

La adolescencia es una de las etapas más icónicas de la vida. Es en ella donde se experimentan los primeros cambios que preparan a los sujetos para una vida adulta, pero también es muy probable que sea la etapa en donde la indisciplina y la rebeldía asoman para provocar ciertas conductas que son admitidas bajo el entendido de que se está aprendiendo a vivir. Sin embargo, ¿qué pasaría si un grupo de amigos decide instalarse en esa etapa de la vida? Prank, o Broma de Vincent Biron es una puesta que refleja esta situación.

Stefie es un adolescente solitario, el rechazo y la soledad son sus compañeros recurrentes, hasta que un día conoce a Jean-Se y a Martin quiénes le piden que grabe sus locuras con su celular. Todo podría parecer común, de no ser porque los nuevos amigos tienen arriba de 20. Al grupo de se le suma Léa, la novia de Martin. 

El grupo pasa la vida buscando nuevas formas de hacerle bromas a la sociedad, las cuales, se irán haciendo más pesadas gradualmente, y en donde poco a poco la relación que tienen con su nuevo integrante irá aumentando la tensión en su convivencia hasta llevarlos a un punto en donde probablemente no haya retorno.  

La cinta dirigida por el cineasta quebequense, nos plantea una historia sencilla, en donde el grupo de amigos refleja una situación común en los jóvenes de la actualidad, quienes en muchas ocasiones se enfrentan a la falta de oportunidades y a un mundo que pocas responsabilidades les exige (o acaso las ignoran). Teniendo esto como panorama, encontramos que los amigos se niegan a abandonar la adolescencia y en donde la creatividad y los lleva a reinventarse constantemente para encontrarle algún sentido a la vida que parece no esperar nada de ellos. 

Sin embargo, la cinta encuentra pequeñas trabas y estas radican principalmente en las inconsistencias que le van restando un poco de verosimilitud a la historia, la primera de ellas es que el personaje principal no tarda ni dos minutos en volverse en amigo inseparable grupo, la otra y quizá la que más pesa, es ver a un grupo de cuasi adultos comportarse como adolescentes, habría sido más creíble que tuvieran menos edad.  

Ahora bien, no obstante esas incongruencias, la película encuentra ciertos aciertos, sobre todo técnicos, que le van sumando valores. El primero de ellos es la iluminación, pues se hace un buen uso de la luz especialmente porque las acciones se llevan a cabo, en su mayoría, en exteriores, sin embargo, cuando hay ausencia de la misma no tiene miedo a sacar ventaja de la situación, pues aún estando a oscuras se logra el cometido de dotar de realismo a las acciones, guiando al espectador a completar lo que no se ve a través de los sonidos.  

Otro de los factores que valen la pena ser mencionados es el uso del lenguaje audiovisual, pues el director muestra que sabe emplear diferentes recursos para contar de mejor manera la historia, de esta forma encontramos tomas largas cuando está planteándonos la situación principal las cuales le vienen a dar cierta solemnidad que quedará rota con una multiplicidad de cortes y movimientos de cámara que alcanzan un buen ritmoincluso empleará a las nuevas tecnologías como herramientas para hacer avanzar el relato, así tenemos que los mensajes y las cámaras del celular también participan en el uso del lenguaje audiovisual. 

Hay dos elementos más: el primero es la música, con tintes de punk, que no sólo reflejan la actitud de rebeldía mostrada por los jóvenes, sino que en ocasiones rompe con la seriedad que se muestra a cuadro o acompaña algunas acciones de los personajes. El segundo es el hecho de homenajear a algunas películas que se han instaurado dentro de la cultura popular gracias, así, personajes como Jean Claude Van Damme van apareciendo de labios de uno de los personajes a quien le gusta el cine. 

Prank es una cinta que nos muestra una de todas las situaciones por las que atraviesa la juventud actual, se localiza en una ciudad de Quebec, sin embargo, más de uno podría verse o sentirse reflejado en ella, pues más de uno ha dejado pasar la vida como los protagonistas, si bien se enfrenta con algunos problemas que le restan verosimilitud, la manera en que se cuenta y los elementos que acompañan al estilo, le van dando valor a la cinta. Mención aparte del poco presupuesto empleado, evidenciado en los pocos personajes utilizados, pero que a diferencia de otras cinematografías, se atreve a buscar espacios más allá de los muros de una sola casa.

Prank, Vincent Biron, Canadá, 2016, 78 min. Con: Étienne Galloy, Sophie Goulet, Alexandre Lavigne, et. al.


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