Karina García Casanova, directora de este documental, nos cuenta dos historias simultáneas de dos casos maniaco-depresivos en la misma familia. Por un lado se encuentra la de su madre y por el otro la de Juan, su hermano. Las historias avanzan de forma paralela y bien ilustran las ventajas y desventajas de recibir tratamiento de manera oportuna.
De esta forma vemos cómo, uno de los personajes logra llevar una vida cercana a lo que la mayoría llamaría "normal", mientras el otro se ve envuelto en ciertos padecimientos. Al mismo tiempo, conoceremos algunas de las consecuencias en el resto de la familia.
Este documental, que de alguna forma termina por ser intimista, pues la familia retratada es la de la directora, se vuelve harto interesante debido a la forma en que se va contando. Comienza por el final, en donde vemos a un par de mujeres removiendo entre un montón de cajas las pertenencias de un tal Juan, para posteriormente introducir a los personajes con unos flashbacks bien definidos.
A partir de entonces la directora nos hace cómplices del calvario que puede resultar ser la convivencia con una persona cuya estabilidad emocional es muy variante.
En el aspecto técnico, la cinta nos muestra qué para su realización se tomaron varios años, no tanto en la investigación sino en recavar material suficiente para poner en contexto la enfermedad abordada. Gracias a esto es posible ver la evolución de la misma, dejando (muy) claros los síntomas y las facetas por las que se atraviesa.
Aquí bien cabe una acotación, pues a pesar de que nunca se utilizan imágenes explícitas (excepto al final) sobre las consecuencias de la enfermedad, la directora logra crear un ambiente de suspenso gracias a cierta información, tanto diagnósticos médicos como pequeños enunciados de su autoría, de la que nos va dotando, de esta forma mantiene al espectador atento y ávido de lo que seguirá.
Antes de sacar las conclusiones es necesario mencionar que lo que vemos a cuadro es la visión de la directora, quien además funge como participante dentro del resultado audiovisual, lo cual puede "sesgar" la visión de la enfermedad, sin embargo, al mismo tiempo corrobora la idea (bastante aceptada) de que un documental nunca puede ser objetivo.
Juanicas, como llaman de cariño a Juan, es un trabajo fílmico que vale la pena ser visto. Más allá de los pocos recursos con los que evidentemente cuenta, y de la simplicidad que representa retomar una historia de familia (volviéndose incluso catártico ) en donde se tienen de primera mano a los personajes y en muchas ocasiones se los maneja de forma tan familiar que es fácil plantearlos, más allá de eso, decíamos, es un buen momento para reflexionar sobre cómo se estructura la psique de cada una de las personas y en su desarrollo los problemas que algún día podrían enfrentar.
Juanicas, Karina García Casanova, Canadá, 2014, 78 min.
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