Por: Manuel Hernández-Samperio
Ante un panorama plagado de violencia es normal que uno de los principales factores que aparezcan en la sociedad es el miedo. En el México de los últimos años, la presencia de grupos armados que buscan apropiarse de "las plazas" o en su defecto del ejército han provocado un panorama desolador
en donde no sólo el miedo, sino también la desconfianza son dos
factores del ser humano que bien pueden servir como instinto de
supervivencia. Plan Sexenal, es el nombre de un hospital dentro de una
historia que mezcla elementos de thriller con una época en donde la violencia parece haberse adueñado de la sociedad, la cinta es dirigida por Santiago Cendejas y lleva el mismo nombre.
Juan y Mercedes son una
pareja que acaba de mudarse a una casa nueva, una noche deciden
celebrar esta noticia con algunos de sus amigos, sin embargo, el toque
de queda que se ha instaurado en la ciudad les obliga a terminar con la
fiesta antes de lo planeado. Cuando salen a despedir a los invitados
notan que fuera de la casa hay un vagabundo que merodea a la pareja.
Tras
diversos intentos por hacer que el extraño se marche, en donde incluye
una llamada a la policía, el hacer contacto con él se vuelve inevitable,
este acercamiento derivará en una situación que le dará la vuelta a la
historia que tienen como pareja.
Esta propuesta, completamente independiente, nos coloca en un contexto de guerra, en donde vagamente se sugiere es aquella contra el narcotráfico, que ha tenido a diez años de su inicio
una buena cantidad de muertos y desaparecidos. Esta situación de guerra
es la que justifica el toque de queda al que se tiene que someter la
pareja protagonista. Es también, uno de los elementos que van aumentando
la tensión que detonará el punto climático en la historia; además de ser, un punto de cuestionamiento a la sociedad.
El guión propone una historia que se va contando sin problemas, en la que van surgiendo algunas situaciones que van complicando la dinámica de pareja de Juan y Mercedes, algunas se sienten verosímiles, otras tantas parecen un poco surreales, como lo hacen las apariciones de
sus vecinos, pero a final de cuentas logran el cometido de complicar la
relación, hasta llevarlos al punto donde el vagabundo terminará por
desequilibrar.
Se cuenta con actuaciones interesantes, Juan encarnado por Harold Torres, en todo momento se muestra introvertido y dominador,
con algunas actitudes machistas que poco a poco se van cayendo cuando
tenga que enfrentar las adversidades, por otro lado, Edwarda Gurrola que con su sonsonete refleja una clase media, también realiza un buen trabajo.
Sin embargo, la cinta que se va encontrando con algunos pequeños obstáculos, el primero
de ellos es la fotografía, pues justificado en que la casa en donde se
desarrolla la mayor parte de la historia no cuenta con servicio
eléctrico, el uso de la luz se vuelve mínimo, volviendo por algunos
momentos difícil de ver las acciones y, como consecuencia, un poco
difícil de ver, lo cual va volviendo cansada la trama yendo en contra de los puntos de tensión logrados con lo ya propuesto.
Otra
de las situaciones, es en el momento en que la presencia del vagabundo
hace su aparición y termina con la tranquilidad de la pareja, pues
después de tener cierta interacción con ellos, parece ser que ha tenido contacto durante mucho tiempo o más aún, que la situación provocada por su
aparición e interacción con los personajes no ha provocado ningún
shock, que la situación es aceptada sin ningún sobresalto y que era algo
que debía suceder. Esta situación va a determinar que el final se precipite y aunque es un final poco ortodoxo, se siente como si hubiera perdido fuerza gracias a esa situación en donde avanzó demasiado pronto la historia.
Plan Sexenal, como propuesta en donde se cuestiona la situación mexicana en los diversos sectores de la sociedad, es interesante, pues lo hace de manera sutil, con algunas referencias o reflejando ciertos momentos de la cotidianidad que le dan cercanía con la realidad que vivimos, sin embargo, hacia
el final de la historia, todo se resuelve de forma tan rápida que no da
tiempo al espectador de ir sujetando los cabos que se han ido dejando a
lo largo de la cinta.
Plan Sexenal, Santiago Cendejas, México, 2014, 86 min. Con: Harold Torres, Edwarda Gurrola, Noé Hernández, et. al.
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