Por: Manuel Hernández-Samperio
La sociedad es un ente cambiante, aproximadamente cada 20 años tenemos una generación nueva que vendrá a cuestionar y cambiar los paradigmas, creencias y convicciones con las que creció la anterior, como ejemplo podemos citar que nos encontramos en la época de los "millenials" y que sus antecesores fueron los que denominaron como "generación X". Si muchas veces la adaptación entre generaciones continuas resulta bastante difícil, ¿qué podemos esperar cuando un anciano es obligado a adaptarse a una generación que le es totalmente ajena? Bajo esta premisa iniciaremos el análisis de Un padre no tan padre cinta dirigida por Raúl Martínez.
Don
Servando (Héctor Bonilla) es un hombre que ha llegado a viejo haciendo
gala de su fuerte carácter, el cual se maximizó tras la muerte de su
esposo; obligado a crecer con sus hijos, ellos se desentendieron de él
en cuanto pudieron y ahora pasa sus días en un asilo, el cual paga con
sus propios recursos; sin embargo, cuando el
banco que guarda su dinero se ve implicado en un caso de corrupción y
debido a su comportamiento en la casa de retiro, se verá obligado a
pedir la ayuda de sus hijos. Fran (Benny Ibarra) el más pequeño de sus
estirpe, es el único voluntario para cuidarlo.
Cuando lo recogen, Don Servando, quien conserva las ideas de la época en la que fue joven, tendrá
que enfrentarse a la vida de su hijo, quien vive en una especie de
comuna hippie acompañado de Alma (Jacqueline Bracamontes), su novia y
René (Sergio Mayer Mori), el hijo de Fran. De este encuentro sólo pueden derivarse dos posibles escenarios, adaptarse a su nueva vida, o rechazar todo aferrándose a sus ideales y alejarse de su familia.
La
premisa de esta historia es sencilla: el viejo con las ideas que en sus
tiempos eran aceptadas sin ser cuestionadas, tiene que enfrentarse a un
mundo que ha cambiado.
Este choque bien podría determinarnos una historia que ya hemos visto
en diferentes ocasiones y por ende volverse predecible y aburrida, sin
embargo, es todo lo contrario especialmente porque retoma temáticas actuales, pues el hijo representa todo lo contrario a las ideas del
viejo: vive en unión libre, abandonó la universidad, tiene amigos
homosexuales, comparte casa con nueve personas más las cuales tienen
cercanía con la marihuana.
Nos encontramos con un guión que goza de bastante frescura, que tiene en la construcción de su personaje principal (Don Servando) el elemento de mayor fuerza, y que a su vez es interpretado magníficamente
por Héctor Bonilla, quien demuestra que es capaz de llevar en sus
hombros el peso de la trama. El resto de los personajes va apareciendo y
reaccionando de acuerdo a las necesidades de la cinta, del mismo modo,
las situaciones que determinarán la evolución de los personajes tienen también el
tiempo indicado, lo cual deriva en conjunto con la edición en que la
historia tenga buen ritmo, volviéndola dinámica, a pesar de que a cuadro
veremos varias historias simultáneas.
Hablando del resto de las actuaciones encontramos que Benny Ibarra realiza un buen trabajo tanto en su interpretación de joven paciente, como en la caracterización, la cual es verosímil; los demás personajes, como mencionamos, van apareciendo de forma cuantificada, lo cual va provocando que las
actuaciones, que llegan a ser un poco disparejas, se vayan
equilibrando, no sobra decir que algunos de los actores no logran
quitarse el sonsonete "fresa" que le quita cierta verosimilitud a sus
interpretaciones.
El resto de los elementos está bien definidos, fotografía y diseño sonoro trabajan en pro de la cinta; en el aspecto de la música tenemos que,
como es común en las producciones que pretenden ser de un consumo
masivo, que se usa en demasía, sin embargo, dado que la historia es lo
suficientemente entretenida es un elemento que pasa casi desapercibido, com información extra, fue Benny Ibarra el encargado de componer la música original de la cinta.
Un padre no tan padre es una cinta que termina por desarrollar a un personaje entrañable, a pesar de su mal humor; el tener una premisa
que se ha llevado a las pantallas en diferentes ocasiones puede dar a
pensar que tendrá diferentes trabas, sin embargo, sabe llevar a buen puerto la trama que va planteando, logra sostenerse de muy buena manera gracias al guión que no repara en emplear diferentes herramientas (groserías incluidas)
con tal de lograr su cometido. Una comedia que vale la pena ver en
familia, que trae a colación el tema de los adultos mayores y en donde
seguramente el espectador encontrará alguna situación que ya ha vivido.
Un padre no tan padre, Raúl Martínez,México, 2016, 94 min. COn: Héctor Bonilla, Benny Ibarra, Jacqueline Bracamontes, et. al.
No hay comentarios:
Publicar un comentario