Por: Manuel Hernández-Samperio.
El amor y la muerte han tenido a lo largo de toda la historia filosófica, una relación en donde uno y otro se complementan, desde las raíces griegas, con el mito de Eros y la relación con Thanatos hasta nuestros días. Desde otras disciplinas como el psicoanálisis o la literatura esta relación se ha hecho patente, por eso no sorprende que en El peluquero romántico sea la muerte la que genere en su protagonista la búsqueda por el amor.
Víctor es un peluquero que atraviesa por una crisis ante la reciente muerte de su madre. Si bien, en apariencia, su rutina no se ha visto trastocada por este suceso, la depresión comienza a hacerse patente y todas las noches prefiere encerrarse en su casa a ver películas viejas o escuchar sus discos de otra época. Su vida marcha así hasta la llegada de tres personajes a su vida: Sergio, su mejor amigo, Susy Santillán, su exnovia, y el encuentro inesperado con su padre, quien había sido alejado de él debido a su madre.
Las invitaciones a salir por parte de su amigo y su exnovia empezarán a generar un cambio en Víctor, sin embargo, será la sorpresa de encontrarse con su padre y la invitación a que conozca el país natal de éste (Brasil) lo que reanimarán en el protagonista el deseo por encontrar una nueva vida.
El peluquero romántico tiene diferentes elementos que se van relacionando para generar una cinta entrañable. Por un lado bien podemos decir que es un homenaje al pasado, tanto al del cine como el de la música, ese en el que crecieron nuestros abuelos y que ahora es difícil de ver; Víctor, acaso un ser anacrónico influenciado por la convivencia por más de 30 años con su madre parece no reparar en este detalle y disfruta de esa época que ya no le corresponde, esta característica representará probablemente el fantasma de la madre, que aparece cada vez que intentará seguir con su vida.
La creación del personaje principal y las características que se le van añadiendo son también destacables, vemos a cuadro a un hombre que es incapaz de expresar su tristeza, que ante su crisis prefiere el silencio o refugiarse en las actividades de su peluquería y que con su espontaneidad se va ganando al espectador; si bien se muestra poco expresivo también se debe decir que su actuación es acorde a lo que le exige la trama. El resto del reparto, conformado por actores que han sido muy poco vistos en el ámbito cinematográfico, hacen un buen trabajo, sus personajes están bien diseñados y van apareciendo en pequeñas dosis de manera que permiten avanzar a la trama, es en dado caso, en el episodio brasileño donde las actuaciones comienzan a verse acartonadas, quizá por el trabajo que le cuesta a un personaje hablar en español.
La historia tiene un ritmo lento, en un inicio nos va dejando ver a un personaje introvertido, que como ya hemos dicho, a la larga cambiará. Sin embargo, tiene en su guión las herramientas para darle dinamismo, através de situaciones y diálogos. Por otra parte, tiene ciertos momentos de experimentación, en donde nuevamente se evoca hacia un pasado, a través de los recuerdos o a los pensamientos del personaje principal, estos episodios son fáciles de distinguir ya que la textura y el color de las imágenes van cambiando con respecto al estilo planteado para la trama principal.
El peluquero romántico es una historia de redención, a partir de la depresión que podría causar la muerte nos muestra que hay diferentes maneras de salir de esa situación: la amistad y sobre todo el atreverse al amor son ejemplos de ello. Puede verse, además, como un tributo hacia épocas pasadas, lo cual si bien tiene un papel importante, siempre va a dar paso a las experiencias y situaciones nuevas.
El peluquero romántico, Iván Ávila Dueñas, México, 2016, 93 min. Con: Antonio Salinas, Carlos Valencia, Sara Juárez, et. al.
No hay comentarios:
Publicar un comentario