martes, 1 de noviembre de 2016

Pacífico. La cotidianidad de la playa.

Por: Manuel Hernández-Samperio.

Para quienes vivimos en la ciudad estamos acostumbrados a ir a la playa con fines recreativos o de descanso. Dificilmente concebimos que la gente oriunda de esos lugares trabaje en otras cosas que no tengan que ver con el turismo y sin embargo, lo hacen. Toda una maquinaria similar a la ciudad se mueve en las zonas costeras y aunque la vida es más tranquila, tiene una dinámica similar. Partiendo de estos trabajos, Pacífico nos plantea su historia.

Oriente es un hombre que ha llegado a la costa y se gana la vida trabajando como albañil en las construcciones. Coral es una niña a la que la escuela le parece aburrida y en su lugar prefiere ir a platicar con los hombres que trabajan construyendo edificios. En ese lugar se encuentra con Diego, su padrino, y con Oriente, con quienes interactúa e intercambia información.

Las vidas de estos tres personajes se pasan entre las lecturas, los juegos con los amigos y las relaciones afectuosas, hasta que el ciclo de cada persona en cada lugar se termine y se vea obligado a cambiar la dinámica con los demás.

A lo largo de la trama el guión nos presenterá a tres personajes cuyas historias se van encontrando, muchas veces sin intervenir una en la otra, pero siempre conociendo de la existencia de los demás. Los tres tienen algo en común: a pesar de sus encuentros e interacción con otras personas son seres solitarios, la niña prefiere pasar tiempo en la construcción que con sus amigos de la escuela, Oriente quien constantemente es molestado por sus compañeros encuentra en un libro de frases la forma de vivir cada día; Diego quien a pesar de tener novia no está muy seguro de estar con ella.

La cinta presenta estas tres personalidades con un ritmo pausado, lleno de planos abiertos que permiten aprovechar los paisajes campiranos y de larga duración, los cuales permiten adentrarse en lo que cada uno de ellos refleja, pues se busca de forma contemplativa que el espectador se vaya inmiscuyendo en la psicología de los personajes, sin embargo, se topa con el problema de que los tres personajes tienen actitudes similares, lo cual hace que este proceso se sienta repetitivo.

En la cuestión de estilo, la cinta fluctúa constantemente entre el documental y la ficción, de esta forma se nos está contando la historia de los personajes, pero las situaciones que enfrentan son verosímiles gracias a que se retoma la vida diaria de la gente, retomando la ide de Bresson sobre los modelos, encontramos que la directora utilizó a la gente en sus labores diarias para actuar como sí mismos, esta característica es la que le aporta el aire de documental; sin embargo, esta misma característica desemboca en que muchas veces la sucesión de las imágenes tenga una aparente desconexión, si bien toda la información que parece inconexa en su momento es resuelta, por la forma en que está en el montaje vuelve un poco torpe la trama, generando que la sensación de que ninguna de las historias tiene un fin bien trazado y cayendo invariablemente en el tedio.

Hacia el final las historias de los dos hombres con los que interacúa Coral se definen, la de la niña parece quedar al aire. Mientras tanto y de manera paralela se nos ha dejado ver cómo es la vida cotidiana en este lugar, acaso beneficiado por la combinación entre la ficción y documental que ya se comentó previamente.

Pacífico es una historia que batalla en buena medida para hacer conectar las tres historias que presenta, pues le cuesta mucho trabajo hacer que se entrelacen entre sí, a pesar de los momentos en que hay una interacciónsu mayor virtud está en reflejar cómo es la vida de la gente que vive en las costas, demostrando, como lo dijimos al inicio, que más allá del turismo se encuentra la vida diaria que no es muy distinta de la gente de la ciudad.

Pacífico, Fernanda Romandía, México, 2016, 70 min. Con: Rodrigo Cruz, Coral Ríos, et. al.


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